Se destaca el peso que de origen tenía que soportar el tramo colapsado, además del que se añadió con la reparación hecha en 2014, durante el mancerismo. Foto: Especial.
Enrique Serna
@sernamx
Las investigaciones sobre las causas del incidente en la Línea 12 del Metro apuntan a la conjunción de cuatro potenciales razones del colapso; fallas de construcción y mantenimiento, en las que se advierte poca o nula responsabilidad de la actual administración.
Según un medio nacional enfocado en finanzas, hoy se darán a conocer los más reciente avances obtenidos por la empresa DNV, contratada por el gobierno local para desentrañar el origen de la tragedia mediante una investigación independiente.
“Se trata del pandeamiento lateral-torsional de las vigas de acero; trituración de la losa de concreto, influencia de cargas por el sistema de ferrocarril y la falta de mantenimiento de la infraestructura”, indica el medio como las causas del incidente.
No obstante, según el diagnóstico de la empresa noruega, fue necesario que se combinaran dos o más para generar el colapso, una sola no pudo haberlo provocado.
Entre los factores de riesgo identificados se mencionan aspectos de construcción; la anexión de una viga para un tercer carril, asentamientos diferentes en cimentación poco profunda, distintos tipos de concreto, así como la integración del concreto prefabricado y de concreto colado.
Se destaca el peso que de origen tenía que soportar el tramo colapsado, además del que se añadió con la reparación hecha en 2014, durante el mancerismo.
Las pesquisas advierten también un posible déficit de mantenimiento en elementos de trabajo civil del sistema férreo y en general en la estructura del Metro. Los estudios tomaron en cuenta también las posibles afectaciones ocasionadas por el sismo de 2017.
Aunado a los ya conocidos errores de soldadura, ausencia de pernos y demás causas reveladas hace algunos meses, por las que se señala a los trabajadores de la obra; los recientes hallazgos podrían constituir el motivo que hacía falta para emprender juicios contra figuras de la administración pasada.
Aún con el carácter independiente que nominalmente se ha dado a la investigación de DNV, de quién no se pone en duda la integridad, bien sabido es que en la política, la administración pública y la idiosincrasia mexicana en general, uno de los preceptos dominantes reza, “el que paga manda”, pues no asombraría que la presente administración resulte absuelta.
De resultar acertada tal sospecha, causan intriga los nombres concretos sobre quienes se dirigirán las acciones de la Fiscalía capitalina; en el caso de los pernos y la soldadura los implicados no fueron mandos medios ni funcionarios de alto nivel, que decir del exjefe de gobierno, resultaron ser los trabajadores, los últimos en el organigrama, quienes no tomaron decisiones sobre los materiales ni sobre la estructura, sólo obedecieron instrucciones.
Pero el cordón no siempre se rompe por el lado más delgado y habrá que ver si del mantenimiento de 2014 también se incriminará al peón o al maestro albañil, o si llega más lejos el brazo de la justicia.
Nombres en la lista, nada más y nada menos que Jorge Gaviño, ex director del Metro y diputado local de recalcitrante, bien fundamentada y ácida crítica hacia el desempeño legislativo y ejecutivo del cuatroteismo chilango, quien por cierto, repetirá en la II Legislatura; además, desde luego, del Senador Mancera.
Nadie negará que echarle el guante a alguno de esos personajes, o al menos anunciarlo, resultaría mediáticamente favorable para la cuatrote desde el ámbito legislativo local, donde sufrió una considerable merma de curules, pero principalmente para las evidentes aspiraciones de Sheinbaum Pardo de, literalmente, cruzar la plaza en 2024 para llegar a “la silla”, porque aunque lo niegue, vaya que le hace falta apuntalar su imagen.
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