David Polanco / CDMX Magacín
Después de casi tres semanas de paro contra sus arbitrariedades, la directora de la Universidad de la Salud (UNISA), Lilia Elena Monroy presentó al jefe de Gobierno, Martí Batres, su renuncia al cargo, condición indispensable para que los estudiantes y docentes iniciaran el diálogo para reanudar actividades.
“Siendo consecuente con los valores que siempre he promovido y respetado, y con la convicción de que honrar los principios institucionales es esencial para el bienestar de nuestra comunidad, considero que lo más adecuado en estas circunstancias es presentar mi renuncia al cargo de Directora General de la Universidad de la Salud”, manifestó la doctora en su misiva de separación del cargo.
Hace casi tres semanas, un grupo de estudiantes y catedráticos de la UNISA iniciaron un paro de labores ante una serie de demandas e inconformidades de más de un año que habían solicitado a Lilia Elena Monroy, quien tan se ocultó de ellos, que el tras estallar el paro, huyó de la escuela escondida en la cajuela de un automóvil.
Los problemas más apremiantes, expusieron estudiantes y catedráticos, son desde que la plataforma de la Universidad tiene problemas hasta para registrar materias; ha habido maltrato sistemático y despidos injustificados selectivos contra de buenos profesores, desplazamiento de docentes, falta de equipo para la cátedra, enormes carencias en el equipamiento y servicios, a tal grado que hasta los baños están clausurados. En febrero pasado hicieron un primer paro para manifestar todo esto, pero Monroy no los quiso recibir.
Acusan que la directora utiliza a la universidad como si fuera de su propiedad, pues ha metido a la nómina a parientes y amigos, incluso ocupando plazas de docentes para personal administrativo. Muchos son aviadores, no dudó en decir Ronald Gerardo Pérez, alumno de cuarto año de Medicina General y Comunitaria.
Por esta razón, Monroy presentó su renuncia, y ahora ya podrán avanzar las mesas de diálogo para resolver la problemática que priva en la Universidad.
A continuación, se reproduce íntegra la carta de renuncia de Monroy:
“Me dirijo a usted con el mayor respeto para expresarle mi profunda preocupación ante las circunstancias por las que atraviesa actualmente la UNISA. En las últimas semanas hemos vivido una situación extraordinaria y compleja a partir de la toma de las instalaciones de nuestra casa de estudios por parte de un pequeño grupo de estudiantes, quienes lejos de buscar un diálogo que permita atender inquietudes de índole académica han creado un ambiente de hostilidad que dificulta avanzar en el quehacer sustantivo de la institución.
“Lamentablemente no se me permitió participar en la mesa de diálogo establecida para buscar una solución a esta problemática y el esfuerzo realizado no ha llevado a buen término la crisis que enfrentamos. Lejos de abonar al retorno de las actividades universitarias, en el transcurso de estos días se ha creado un entorno que no es propicio para la vida académica. A tantos días del conflicto, se pone en riesgo la viabilidad de procesos relevantes para la formación de estudiantes, particularmente de la segunda generación, quienes ahora deberán transitar a instituciones de salud que tienen ciclos rigurosamente calendarizados para la totalidad de las universidades del país, cuyo inicio de actividades está muy cercano.
“En mi calidad de Directora General, siempre he procurado un ambiente de trabajo abierto, transparente y comprometido con la misión de la universidad. En todo momento de mi gestión, he sido congruente con los valores que promueve la Universidad de la Salud. En lo personal, y como titular de la institución, he promovido acciones acompañada del esfuerzo y compromiso de la comunidad de la universidad para establecer normas y procesos basados en el respeto a los derechos humanos que promueven la igualdad sustantiva y de género, a la vez que hemos combatido cualquier forma de discriminación. He defendido los principios de interculturalidad, equidad, e igualdad de oportunidades, siempre bajo los preceptos de legalidad, honradez, honestidad y transparencia.
“Siendo consecuente con los valores que siempre he promovido y respetado, y con la convicción de que honrar los principios institucionales es esencial para el bienestar de nuestra comunidad, considero que lo más adecuado en estas circunstancias es presentar mi renuncia al cargo de Directora General de la Universidad de la Salud.
“Quiero aprovechar esta ocasión para expresarle mi más profundo agradecimiento, por la confianza que depositó en mí, por el apoyo y por la oportunidad de encaminar esta Universidad en un período tan significativo. Estoy convencida de que, juntos, logramos avances importantes y sentamos las bases para un futuro prometedor.
“Reitero mi compromiso con la educación, con la defensa de los derechos fundamentales, y con los ideales que siempre han guiado mi actuar. Estoy segura de que la UNISA continuará siendo un referente de calidad y un pilar en la formación de profesionales de la salud comprometidos con la sociedad.
Agradezco nuevamente la oportunidad y la confianza brindada”, concluye la carta de renuncia.