Glorieta de Colón
Una buena y una mala. La buena: ya es Constitucional el derecho de “las personas trabajadoras para obtener un crédito asequible y suficiente para adquirir, mejorar o construir una vivienda digna”. ¡Suena rete bonito! Y tan rentable políticamente es el tema, que en el Congreso de la CDMX hasta la oposición la votó a favor de esa reforma constitucional. Sin embargo, la mala noticia es que no se tiene la certeza de dónde saldrá el dinero para lograrlo, porque tan sólo en la CDMX hay un déficit de 45 mil viviendas, también llamadas de interés social, pues en la capital a los desarrolladores sólo les interesa construir para ganarse hasta el mil por ciento de su inversión, con departamentos cuyo costo va desde los 4 millones de pesos. Habrá que ver si la galardonada jefa de Gobierno Clara Brugada se atreve a obligar a los constructores a edificar inmuebles baratos, a quienes les podría ofrecer como incentivo otorgarles permisos para hacer grandes negocios inmobiliarios.
Que Clarita no se confíe
Ahora que la jefa de Gobierno Clara Brugada recibió un reconocimiento internacional por su aporte al desarrollo sostenible de las ciudades por su gestión como alcaldesa de Iztapalapa, tiene el enorme reto de demostrar buenos resultados en la CDMX, porque ya pasó el primer mes y no hay algo destacado como para festejar. Clara igual debe cuidarse que no le ocurra lo que a Marcelo Ebrard, que recibió premios como el mejor alcalde del mundo, destacadamente por movilidad, y se cayó la Línea 12 del Metro que construyó su gobierno.
Congreso patea el bote
Al Congreso CDMX le gusta patear el bote en vez de asumir su responsabilidad. Pidieron a la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) y a las Alcaldías analizar la viabilidad de aplicar tarifas únicas en estacionamientos públicos. Para qué tanta vuelta, cuando los legisladores podrían aprobar una modificación legal que obligue a eso. Bueno, pero para ello se requiere voluntad política de los diputados, y parece que por ahora no la hay, al menos en este tema.
FOTO: Especial