Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Tal parece que la jefa de Gobierno, Clara Brugada desconoce la potencial crisis migratoria que enfrentará la CDMX a partir del lunes que Donald Trump asuma su presidencia y comience a deportar a cientos de miles de personas, muchas de las que terminarán en calles de la capital del país, en situación de calle.
Sólo tal desconocimiento puede explicar por qué durante más de 70 días desde que ganó Trump en Estados Unidos, ella y su gobierno no hayan establecido un plan de emergencia ante la inevitable escalada de la crisis migratoria.
Tan no hay planeación en el tema, que este miércoles, de manera sorpresiva, a las 08:20 horas el equipo de prensa de Brugada informó que participaría en un foro sobre migración que convocó la Secretaría de Gobernación. El evento no estaba en la agenda que la noche previa compartió con medios de comunicación, por lo que su participación fue emergente.
Brugada no habló de plan alguno, de manera improvisada fijo una postura política, de gobierno, de que van a respetar a los migrantes en su tránsito por la ciudad. No podría ser de otra forma, pues perderían toda autoridad moral para ellos protestar por los maltratos a nuestros paisanos en Estados Unidos.
Y aunque el sentido del foro es en el contexto del Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 en el tema migratorio, es evidente que se trata de reuniones de última hora, para sobre las rodillas hacer pronunciamientos mediáticos para una contención política de daños, ante la crisis migratoria que se agudizará en la capital del país.
Cierto, el problema no es nuevo. Fue creciendo en la CDMX por tragedias naturales, crisis políticas y humanitarias en Venezuela y Haití, pero también por las decisiones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tras las presiones migratorias de Trump en 2019, durante su primera presidencia.
En ese año, aceptó que México, de facto, se convirtiera en lo que se conoce como “tercer país seguro”, para quienes soliciten en aquel país asilo político o humanitario. Aunque no se aprobó ningún acuerdo de “tercer país seguro” entre ambas naciones, empezaron a verse en las ciudades fronterizas, y por supuesto también en la CDMX, miles de inmigrantes. El gobierno lopezobradorista permitió de hecho que permanezcan en territorio nacional personas, destacadamente venezolanos y haitianos, siempre y cuando se encuentre en trámite su solicitud de asilo a Estados Unidos.
Mala decisión, porque al menos si hubiera acordado ser tercer país seguro habría podido negociar un apoyo internacional, como ha sido el caso de Turquía, país amalgama entre Europa y Asia, que ha tenido esta condición con personas que huyen de Paquistán, Somalia, Siria, Afganistán, Bangladesh, para lo cual reciben miles de millones de euros de subsidio.
Ahora, a Brugada le pasó como al refrán: ‘Éramos muchos y parió la abuela’, por aquello de que en su discurso de este miércoles en Gobernación se propuso como plazo que en marzo ya no haya migrantes en situación de calle en la CDMX y que todos “puedan tener un albergue digno y con el conjunto de derechos que tiene esta ciudad para ellos”. Es decir, “que ninguna persona en movilidad tenga que ocupar un lugar en la calle para continuar con sus objetivos”, dijo.
Hoy oficialmente reconocen a unas 3 mil personas migrantes en situación de calle en la CDMX, pero vendrán más, problema que se agudizará ante la falta de previsiones del Gobierno de Brugada. Lo veremos.
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