Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Habrá quien lo vea como una presentación muy anticipada con los trabajadores para escuchar sus inquietudes; también habrá quien lo considere una inédita campaña de Adrián Rubalcava para alcanzar la Dirección General del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Prevén en marzo la transición formal y en abril el inicio en el cargo.
Precisamente en esa especie de campaña, para que lo le cuenten, Rubalcava debería considerar pronto realizar recorridos de terminal a terminal en las 12 Líneas del Metro. Pero tendría que ir sin seguridad, sin comitiva para que no llame la atención, incluso hasta camuflajeado. Cara a cara frente al pueblo. Será la única manera de percatarse de la realidad que viven los aproximadamente 6 millones de ciudadanos que utilizan cada día este medio de transporte neurálgico para toda la zona metropolitana.
La madrugada de este jueves, por tercera ocasión en los últimos días, Rubalcava visitó instalaciones del Metro, lo que no podría ocurrir sin el permiso de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, y el apoyo del director general actual, Guillermo Calderón, aun si fuera a regañadientes. Estuvo en el taller La Paz, donde ya portaba el chaleco del Metro y las botas dieléctricas “NOM-113-STPS-2009”, las protocolarias para la seguridad en esa zona.
Por la mañana, había estado en los talleres de Zaragoza –sin botas reglamentarias–, donde trabajadores de “La Unión de Vigilantes del Metro” le entregaron una carta, en la que también le dicen: “Le solicitamos una investigación minuciosa del otorgamiento de las plazas laborales de honorarios, eventuales, confianza y, si se comprueba el nepotismo, corrupción y venta de plazas de estos funcionarios, se aplique todo el peso de la Ley: inhabilitación para ejercer puestos públicos y así dar un castigo ejemplar a los funcionarios que vienen a servirse de sus puestos. Pedimos investigación al C. David Montaño Ramos, que es el operador de la venta de plazas. Tiene en ese puesto 4 gerencias, desde donde aprovecha para ofertar los ascensos laborales, no dando oportunidad al personal con experiencia a competir”.
En la misma misiva de “La Unión de Vigilantes del Metro”, también afirman que cualquier queja que se presente por “abusos y arbitrariedades del Gerente de Seguridad Institucional, Héctor Vázquez Montero, la congelan sin respuesta, y éste se burla diciendo que es protegido de Omar García Harfuch”, el secretario de Seguridad Ciudadana a nivel federal, quien fue su jefe en la misma dependencia, en la CDMX.
A Rubalcava también le han llegado quejas de que ya no hay procesos de retabulación laboral de categorías; que los salarios del personal del Metro no se incrementan en términos reales cada año, pues afirman que en la última década los aumentos salariales, en promedio, han estado por debajo del porcentaje de la inflación.
Otro asunto que ha escuchado reiteradamente Rubalcava y pudo ya corroborar in situ es la falta de equipo, herramientas y refacciones en los talleres, lo que impide dar buen mantenimiento a los trenes, vías, semáforos, comunicaciones.
El tema casi tabú, el del líder eterno del Sindicato del Metro, Fernando Espino, alguna vez del PRI, después del PVEM, con quien Rubalcava deberá tener buena relación, lo que sólo va a lograr con dinero. A ver si le alcanza.
A pesar de la enorme problemática, Rubalcava ha dicho a los trabajadores que va a trabajar para superar las dificultades, entre las que menciona toda la operación, la administración, los temas jurídicos y por supuesto lo que tiene que ver con mejorar las condiciones laborales. En resumen, al fin en campaña, Rubalcava se ha comprometido a trabajar para lograr un verdadero cambio en el Metro. Tarea difícil. Lo veremos.
FOTO: Especial
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