Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Algo muy delicado está ocurriendo en las alcaldías Azcapotzalco, Cuajimalpa e Iztapalapa, que desde iniciadas las nuevas administraciones, el 1 de octubre pasado, aumentó hasta en más del 60% el número de personas que dicen sentirse inseguras.
Azcapotzalco, que encabeza la morenista Nancy Núñez, del 1 de octubre de 2024 al 31 de marzo de este año le aumentó el 22% el número de personas que se sienten vulnerables, según el corte de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), que elabora el INEGI, la máxima instancia del país para datos estadísticos prácticamente de cualquier índole.
En la ENSU del primer trimestre de 2025, en Azcapotzalco, el 61.9% de la gente dijo sentirse insegura, cuando en septiembre pasado está sensación la manifestó el 50.6% de los entrevistados, al recibir Núñez la alcaldía, de manos de la panista Margarita Saldaña. Del comparativo total entre ambas cifras surge el dato del incremento del 22%. El problema de Núñez es que casi no se le ve en territorio atendiendo este problema, y ha desdeñado a las colonias en donde no obtuvo el triunfo electoral.
El caso Cuajimalpa es el más delicado de todos, porque ha sido exponencial el incremento de percepción de inseguridad desde la llegada del panista Orvañanos. En septiembre de 2024, el 31.6% de los entrevistados en la ENSU manifestó sentirse vulnerable. Para el corte de marzo de este año, el 49.8% de los cuajimalpenses manifestaron sentirse inseguros, lo que representa un incremento del 58%, si se compara la diferencia entre el total de la gente que manifestó esta sensación entre ambos periodos.
A Orvañanos le hacen dos críticas a las que le atribuyen el desplome de la seguridad en Cuajimalpa. La primera, que modificó toda la estructura de mando de la policía local y desapareció lo que se llamaba Escudo Cuajimalpa, plan que en algún momento la llevó a competirle a Benito Juárez por el primer lugar.
La segunda razón: sus constantes ausencias, por lo que hasta los propios panistas le apodan “el alcalde viajero”, quien deja encargada la Alcaldía a su madre, lo que además de ser irresponsable al abandonar su obligación, podría constituir el delito de usurpación de la función pública, pues la señora no ostenta cargo público alguno.
Orvañanos presume ser amigo de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, porque ambos fueron jefes delegacionales entre 2009 y 2012. Al menos en el tema de la seguridad para nada se nota tal amistad. Tampoco el que hayan sido alcaldes contemporáneos le garantiza apoyo. Ahí está el caso de Christian Von Roherich, quien coincidió con Claudia Sheinbaum como jefe delegacional, y ella ordenó las investigaciones que lo mantienen en prisión desde abril de 2023.
El otro caso muy delicado precisamente es la Alcaldía de Brugada, Iztapalapa, donde desde que ella la encabezaba ya traía problemas importantes, pues durante varios años el reporte del ENSU la ubicó como la demarcación que tenía el mayor porcentaje de gente que se sentía insegura.
Con Aleida Alavez, también de Morena, las cosas han empeorado. Ella recibió la demarcación con el altísimo 60.3% de la gente que dijo sentirse insegura, y el indicador se ha disparado al 73.8%. Es decir, ahora hay 22% más de personas que se sienten inseguras, respecto de septiembre que tomó las riendas. Un problema para Aleida es que se ha confrontado con buena parte de la estructura de Morena en la demarcación. En general, la percepción de inseguridad aumentó en la CDMX. Se le complica a Clara. Es otra historia. Lo veremos.
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