Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El nuevo director del Metro, Adrián Rubalcava, supervisaba la noche del miércoles las reparaciones de la barra guía de la vía del Metro, entre las estaciones Oceanía y Deportivo Oceanía de la Línea B, en el tramo elevado, porque por la tarde había descarrilado un tren, según me afirmaron especialistas, corroborado en fotografías y videos del sitio del percance.
Además de que es el estilo de Rubalcava, compulsivamente estar en la atención de problemas importantes, ahora tiene motivos para mayor intensidad: está a cargo del medio de transporte que mueve más de 6 millones de viajes al día y tiene muchos frentes abiertos, adversarios y enemigos políticos que van a aprovechar cualquier yerro para tundirle, elevarle los costos y pedir su destitución.
Aunque Rubalcava encabeza un ente que forma parte del Gobierno capitalino, de extracción morenista, paradójicamente sus principales frentes y adversarios más poderosos están en Morena.
Aunque nunca lo va a reconocer, Clara Brugada, nada contenta está, porque fue una imposición de Palacio Nacional. También los integrantes de su gobierno y su partido están molestos, no sólo los que pertenecen al bloque de los “puristas” o radicales, sino hasta a los moderados.
También Andrés López (a) Andy, el hijo del presidente emérito, está furioso, porque Guillermo Calderón, el director despedido, era una posición de ellos.
Hay otro frente muy importante: la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, con quien Rubalcava tuvo un altercado hace un par de meses, pues le reclamó airadamente que se estaba postergando su designación en el Metro. Ella sigue muy molesta.
Con el titular de la Secretaría (federal) de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, también terminó mal Rubalcava, pues lo invitó como responsable de las “Mesas de Paz” de esa dependencia, pero se le hizo muy poca cosa el cargo y renunció. Terminaron distanciados, los que supuestamente eran grandes amigos.
Hay otro dato con el que se confirma que la oposición a Rubalcava en Morena es fuerte: en los últimos días, se le han ido con todo, medios de comunicación afines históricamente; otros de más reciente adhesión e incluso aquellos aplaudidores de las conferencias de prensa.
El problema para Rubalcava se complica más porque también entre la oposición tiene frentes abiertos. Los panistas: Jorge Romero, líder nacional del PAN, le tiene cuentas pendientes, porque como alcalde de Cuajimalpa, Rubalcava trató de dinamitar la campaña de Santiago Taboada a la Jefatura de Gobierno.
Con el sepulturero del PRI, Alejandro (a) ‘Alito’ Moreno, Rubalcava también tuvo una confrontación fuerte, y por eso renunció al partido. El campechano le ofreció ser candidato al Senado, le garantizaba el escaño, pero el ex alcalde hizo berrinche y no aceptó. El pleito con el PRI se extiende a la diputada Tania Larios, coordinadora de la bancada en el Congreso capitalino, a quien Rubalcava demandó por “daño moral”, y ella a él por amenazas.
Podría pensarse que otro de sus frentes es el actual alcalde de Cuajimalpa, Carlos Orvañanos, aunque la verdad no está en condiciones de dar esa batalla política, pues no puede ni con la administración en esa demarcación territorial.
A pesar de tantos frentes abiertos, Rubalcava tiene aliados importantes, empezando por la presidenta Sheinbaum. También el PVEM, principalmente su ‘propietario’, Jorge Emilio González y su principal operador, Arturo Escobar. Su maestro, René Bejarano, el de los videoescándalos, lo respalda igualmente. Pero el saldo para Rubalcava es de más adversarios que aliados, así que siempre estará en la cuerda floja. Lo veremos.
FOTOS: Especial
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