Óscar V. Machado / CDMX Magacín
Siempre ha sido muy difícil separar la vida política de la vida familiar en México. La capital del país no es la excepción, y menos estos llamados los tiempos de la “4T”. Los cantos de sirena del poder seducen y los familiares de alcaldesas o alcaldes ven el cargo como un patrimonio propio, familiar, donde hay que influir y dejar sentir su presencia, aunque cause escozor, polémica y críticas en la arena pública, porque se aprovechan del encargo y de alguna manera de los recursos públicos.
Esto ocurre con algunas alcaldesas y alcaldes cuyos consortes o parentela, teniendo o no cargo dentro de la estructura de la demarcación, buscan imponer su fuerza o influencia, ya que son “el esposo o pareja” de la persona gobernante en turno.
En Azcapotzalco, la división de Morena ha permitido que salga a la luz que la alcaldesa Nancy Núñez tenga como su principal consejero e importante operador político a su esposo Gerardo Trejo Castro, actualmente secretario de Organización de Morena en la CDMX.
Son una pareja que desde hace años han influido notablemente en esta demarcación al norte de la capital. De hecho, con su organización Fuerza Obradorista, el consorte de la alcaldesa deja sentir su influencia en tierra de los chintololos, no exento de reveses como cuando en julio de 2022 fue acusado por la Asamblea de Vecinos Unidos de Azcapotzalco, por presuntamente ofrecer dádivas a cambio del voto en las elecciones internas de Morena.
Otro caso ocurre en Xochimilco, donde a los problemas que diariamente afronta la alcaldesa Circe Camacho Bastida tiene que sumar los que genera sus 9 familiares que sumó a su equipo de gobierno, en especial su pareja Gerardo Enrique González, quien es titular de la Jefatura de Unidad Departamental de Vía Pública en la demarcación, que ha sido el azote de los comerciantes xochimilcas, quienes lo acusan de extorsionarlos y cobrarles derecho de piso para vender sus productos.
En Iztapalapa, el principal bastión electoral de Morena, últimamente las turbulencias rondan entre la alcaldesa Aleida Alavez Ruiz y su esposo Alejandro Ojeda Anguiano, quien a pesar de carecer de un cargo en la estructura del equipo de la edil, le atribuyen que toma decisiones importantes dentro de la alcaldía. Era tal su influencia, que a principios de año Aleida Alavez tuvo que ponerle un freno en cuanto a la operación y conformación de las 13 unidades territoriales en que está dividida Iztapalapa. Hoy, ella asegura que su esposo está completamente ajeno a su gobierno.
En la Gustavo A. Madero, Cristofer Lozano, hermano del alcalde Janecarlo, se placea por la demarcación en eventos públicos, cual si estuviera en campaña. Se reúne con líderes sociales y de colonias en la zona, con el apoyo de todos los recursos de la demarcación, donde también toma decisiones importantes que impactan a la administración. Su plan era ser el sucesor de su hermano, hasta que Morena lo prohibió en sus estatutos, en su reforma contra el nepotismo.
Hay otras alcaldesas y alcaldes que aparecen frecuentemente con su pareja o parentela cercana, pero no se aprovechan de los recursos públicos para incidir en las decisiones de gobierno, y eso es otra cosa.
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