Glorieta de Colón
Le preguntamos al todavía presidente del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX, Rafael Guerra, si buscará su segunda reelección al frente de ese órgano en diciembre próximo, y no respondió. Simplemente señaló hacia arriba su dedo pulgar con el puño cerrado. De acuerdo con lo que nos cuentan legisladores, incluso oficialistas, el escenario más probable es que no se reelija, y que se dé de santos de que su encargo como magistrado concluirá el 31 de agosto de 2027, porque si no, ya se tenía que haber ido por el desorden que tiene en juzgados y tribunales. Ni uno solo de los candidatos de Guerra a magistrados ganó en la elección del 1 de junio pasado. Ya tiene ahí un tercio en contra, más otro tercio de los que ya estaban en funciones y no lo apoyan, cuando menos el 67% no votaría por él. El consuelo es que su esposa, Verónica de Gyves fue electa magistrada del Tribunal de Disciplina Judicial a nivel federal, así que al menos hasta el 2031 por lana no sufrirán en la familia.
No es cheque en blanco
Hablando de los nuevos jueces y magistrados, uno de los posicionamientos más objetivos en la sesión solemne en que rindieron protesta fue el de la coordinadora del PRD, Nora Arias, quien les dejó en claro que no se les otorgó un cheque en blanco y estarán bajo supervisión del Legislativo.
Oficial mayor, de ‘polecía’
Personal de los diputados del Congreso capitalino fue maltratado en el contexto de la sesión solemne en que rindieron protesta 137 juzgadores, pues a pesar de que el protocolo decía tenían permitido ingresar al recinto para entregar algún documento o recibir alguna instrucción de su diputada o diputado, no se les concedió esa posibilidad. Hasta el oficial mayor del Congreso, Líber Iván León Ortega, la hizo de ‘polecía’, porque estaba sacando del salón de plenos a los asesores o no les permitía la entrada.
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