Glorieta de Colón
Nos cuentan que entre los legisladores de la “4T”, de igual manera aliados que morenistas, hay muchos que están molestos por la forma en que actúa el Gobierno de Clara Brugada, pues les manda las iniciativas y ni siquiera les llaman para pedirles que por favor las aprueben. Quien debería hacer esa labor es el secretario de Gobierno, César Cravioto, pero su actitud evidencia que considera al Congreso de la Ciudad de México como una oficialía de partes, por la mayoría aplastante que tienen. A Cravioto también le correspondería ayudar a los diputados en lo que requieran para su distrito, para apoyar a su base social. Al menos debería verlo como una inversión para las elecciones de 2027, sobre todo por aquello que Eduardo Cervantes ya alertó que pueden perder hasta cuatro Alcaldías.
Por fin entendió Brugada
Fueron tres meses en que la jefa de Gobierno, Clara Brugada no entendía que no entendía, por aquello de mantener distancia de Adrián Rubalcava, director general del Metro. Sin embargo, pese a su sectarismo, por fin cayó en la cuenta de si al Metro le va mal, ella va a ser la responsable directa. Si no de fondo, al menos sí de forma ya mejoraron las cosas entre ambos. El viernes estuvieron juntos en una supervisión de lo que falta por remodelar de la Línea 1, que por cierto lleva prácticamente dos años de retraso, pues el compromiso fue concluirla en octubre de 2023.
Yuriri perdió el control
El pasado miércoles, cuando los tres diputados de Movimiento Ciudadano metieron reventadores la sesión en el recinto del Congreso de la Ciudad de México, a la vicepresidenta de la Mesa Directiva, Yuriri Ayala le salió la novatez para conducir. Resulta que en los momentos más álgidos en que protestaban locatarios de mercados desde los palcos superiores, Yuriri –quien estaba la sesión en ausencia del presidente– perdió el control. ¿Y así quería ser coordinadora de la bancada?
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