Glorieta de Colón
Ahora resulta que la empresa Silza, de Grupo Tomza, propietaria de la pipa que explotó el miércoles pasado en Iztapalapa, dice que sí tienen vigente una póliza de seguro de responsabilidad civil, pero los hechos demuestran que no hay nada. Los heridos causados por el ‘pipazo’ tuvieron que ser atendidos en hospitales públicos, incluso dejando ver que los de la CDMX, como el Rubén Leñero, no tenían ni gasas para pequeñas heridas, mucho menos material para atender quemaduras de tercer grado. Si la gasera tuviera seguro vigente, habría cubierto esos gastos y la aseguradora habría estado desde el primer día con las otras víctimas (familiares de fallecidos y heridos), pero hasta este miércoles nadie de la empresa, ni de algún seguro los ha buscado. Y como el Gobierno Federal se quedó de brazos cruzados en vez de cancelar el permiso a Silza, sus vehículos siguen poniendo en riesgo a miles de personas. ¿Dónde está la autoridad?
Que Romo ya ni ve a Harfuch
Sobre lo publicado en esta columna este miércoles, nos afirman que el diputado Víctor Romo no es de la “bancada” de Omar García Harfuch en el Congreso de la Ciudad de México. Lo apoyó en la interna en 2023 frente a Clara Brugada, pero tiene ya varios meses que Romo no se reúne con Harfuch. Al mismo tiempo nos confirman que al menos a una decena de legisladores de Morena y PVEM les podrían decir que son la “bancada” del secretario de Seguridad federal. ¿Pistas? Son quienes se reúnen con él.
Altavoces fallidos
Ni la secretaria de Protección Civil, Myriam Urzúa, ni el director del C5, Salvador Guerrero Chiprés deberían minimizar que hasta el 2% de las alertas sísmicas puedan fallar el viernes, durante el simulacro que habrá. No es poca cosa, porque si hay 14 mil altavoces en la capital, podrían no funcionar unas 280, y como cada uno atiende en promedio a 570 personas, podrían quedarse sin ser alertadas hasta 160 mil personas, exclusión que potencialmente deja su vida en mayor peligro.
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