Óscar V. Machado / CDMX Magacín
A pesar de que fue parte de la Asamblea Constituyente que promulgó la Constitución Política de la Ciudad de México en 2017, Clara Brugada Molina, en vísperas de cumplir un año de gobierno, no ha cumplido con lo que establece en su artículo 15, de presentar un Plan General de Desarrollo de la Ciudad y un Programa de Gobierno de la Ciudad de México.
Al respecto, el especialista en planificación urbana, Francisco Javier de la Torre Galindo, de la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Azcapotzalco, señala que para el gobierno capitalino no tiene capacidad para planificar, por lo que utiliza la elaboración de proyectos estratégicos puntuales como la construcción de Utopías, para suplantar ese vacío.
“Con las Utopías, la planeación es fragmentada, totalmente desarticulada, no tenemos un proceso de planeación como lo establece la Constitución capitalina. Pasan los meses, los años y seguimos sin tener claro el interés por planificar y mucho menos los métodos de cómo lo vamos a hacer”.
El integrante del Sistema Nacional de Investigadores explica que desde hace más de 50 años, cuando se llevó a cabo el primer plan urbano para la ciudad, los grandes problemas están presentes: expansión urbana, agua, desigualdad al acceso al suelo, etc.
“Pero hoy se acumulan muchos más problemas: especulación inmobiliaria, condiciones ambientales complejas como lo demuestran las inundaciones, zonas sin acceso al agua, socavones, entre otros problemas que nos están advirtiendo que estamos llegando a un punto muy crítico”.
Con un Doctorado en Urbanismo por la UNAM, De la Torre Galindo señala que el gobierno capitalino tiene que abrir el debate sobre la planificación de la capital teniendo 3 ejes: desigualdad urbana, que se ha agudizado en vivienda, acceso al agua, movilidad; empleo, que tiene que ver con los desplazamientos que hacen los trabajadores a su empleo, gasto de familia, capacidad de acceso a servicios; y bienestar, que es la capacidad que tienen las familias para gozar de salud, educación, recreación, seguridad.
Ante esto propone establecer un proceso de planeación en el cual la ciudadanía discuta, proponga, analice y critique los puntos que se planteen.
El investigador de la UAM señala que se pueden retomar diversas experiencias ciudadanas para impulsar una participación en la planificación a mediano y largo plazo de la Ciudad de México como los que ocurrieron con el mejoramiento barrial de la capital del país en 2007 al 2015, que con pocos recursos, logró destapar procesos de discusión y participación.
“O como lo que ocurrió en Medellín, Colombia, donde las personas participaron activamente en la reestructuración para conectar las comunas y los barrios populares con la ciudad central”.
De la Torre Galindo advierte que si se continúa sin un proceso de planeación sin la participación ciudadana en la Ciudad de México, se corre el riesgo de que se incrementen los desplazamientos de sectores de capitalinos hacia la periferia por el aumento del encarecimiento de vivir en la capital.
“En siglo pasado el oriente de la ciudad no le interesaba al capital, pero ahora hasta allá están llegando sus tentáculos por la especulación y encarecimiento del suelo, también se afectará el bienestar de los capitalinos, incluida la cuestión ambiental como lo demuestra el agua, que ha dejado de ser un problema sólo para algunas colonias o sectores, ahora ya es una problemática para todos”.
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