Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
La designación presidencial de Alejandro Encinas como embajador de México ante la Organización de Estados Americanos (OEA) es sin duda un exilio dorado, que le cae como anillo al dedo, pues en un año al frente de la Secretaría de Planeación, Ordenamiento Territorial y Coordinación Metropolitana, no dio resultados, acaso cierto porque la corte que rodea a la jefa de Gobierno, Clara Brugada, no lo dejó trabajar.
El nombramiento de Encinas –cercano al ex presidente López Obrador–, que será ratificado de manera veloz por parte del Senado de la República, precisamente viene en la etapa de fortalecimiento de la presidenta Claudia Sheinbaum, a punto de concluir su primer año de Gobierno. Parece cumplirse aquella máxima del viejo sistema político priísta: el sexenio comienza en el segundo año.
La lectura de que Encinas va al destierro en Washington, donde se encuentra la sede de la OEA, es porque el fortalecimiento de Sheinbaum implica ajustes políticos con el pasado reciente. Encinas se lanzó en 2023 con todo contra el ahora todo poderoso secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch.
Encinas fue subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación entre 2019 y 2023, etapa en la cual le tocó encabezar la “Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa”. Una de sus conclusiones fue que, como responsable de la Policía Federal en Guerrero, en los días en que desaparecieron los 43 estudiantes en septiembre de 2014, Harfuch participó en la “maquinación” de lo que se llamó la “verdad histórica”, que para él y López Obrador fue todo un invento, tanto que enfrenta un proceso penal ya en prisión domiciliaria quien fuera el jefe de esa investigación desde la entonces Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam.
Estos señalamientos de Encinas se dieron previo a su salida de Gobernación y en medio de la contienda de Morena por la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, entre Brugada y Harfuch, en 2023. Recibió como premio que Brugada lo invitara a ser su coordinador de campaña y posteriormente hacerlo secretario de despacho.
En esos días, Sheinbaum, entonces candidata presidencial, se puso fúrica porque Harfuch era su alfil para el GCDXM. Por eso se la guardó a Encinas, quien se convierte en otro lopezobradorista que desactiva políticamente, aunque a diferencia de Adán López, él sí se está dejando ayudar: sin chistar aceptó el cargo de representación internacional.
La OEA no es la gran organización que fue durante la ‘Guerra Fría’ en el concierto internacional. López Obrador la despreciaba como presidente, pues la consideraba intervencionista.
Durante su gestión López Obrador estuvo más cerca de la contraparte de la OEA, la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en donde no participan ni Estados Unidos ni Canadá. Fue fundada en 2010 parar hacerle contrapeso a la OEA, paradójicamente con gran impulso de Felipe Calderón, entonces presidente mexicano.
De acuerdo con la valoración de la diputada panista Olivia Garza, Encinas deja el GCDMX “sin presentar avances claros ni metas cumplidas en materia de planeación”.
Encinas fue enviado al destierro en la OEA. que desprecian el Gobierno Mexicano y la “4T”, donde en el mejor de los casos puede destacar con algunas líneas discursivas antiyanquis. No es en Nueva York, es en Washington, también una gran ciudad para disfrutar de una gran beca con cargo al erario. ¿Quién sigue en la lista de Sheinbaum-Harfuch? Lo veremos.
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