Óscar V. Machado / CDMX Magacín
Desde los últimos tres sexenios, la planeación urbana y organización territorial en la Ciudad de México se ha centrado hacia el desarrollo e inversión inmobiliaria y el gobierno de Clara Brugada sigue en esa ruta porque, por querer centralizar el sistema de planeación, le resta legitimidad al Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva.
Lo anterior no permite que exista una planeación democrática y con participación ciudadana, señala Anavel Monterrubio Redonda, especialista en planeación urbana de la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Azcapotzalco.
El Gobierno Capitalino no deja trabajar de forma autónoma al Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, porque tiene bajo su control, como un asunto muy centralizado, todo lo que tiene que ver con planeación urbana, añade.
Con una maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas por la UAM, Monterrubio señala que los puntos torales para una eficiente planeación democrática son la coordinación interinstitucional, transformar y hacer efectiva la función social de la propiedad e incentivar la participación ciudadana.
Apunta que en este primer año del Gobierno de Clara Brugada se ha evidenciado que no tiene una estrategia integral de planeación, al igual que las pasadas administraciones de Morena, sino que trabaja por porciones de ciudad, están los sistemas de actuación por cooperación, los grandes proyectos urbanos, la recuperación del Centro Histórico, pero no se tiene una visión integral de la metrópoli.
“El gobierno capitalino, en lugar de basarse en los programas de ordenamiento territorial, está haciendo programas de inversión localizadas, como lo es el Bando 1 y las áreas de tensión inmobiliaria. Entonces cambia el ordenamiento territorial por zonas, pero a partir de estos instrumentos, no a partir de una planeación para el ordenamiento territorial integral y enfocada hacia el interés general”.
Ante esto, señala que es urgente cambiar la forma en que el gobierno aborda el ordenamiento territorial, “no hay un Plan General de Desarrollo ni un Programa de Ordenamiento Territorial y los programas de las alcaldías no resuelven la problemática territorial, por eso se han incrementado las quejas de los desarrolladores inmobiliarios en el sentido de que no tienen certeza de sus inversiones y por otro lado hay muchas reivindicaciones ciudadanas que exigen cambios para mejorar su calidad de vida”.
Con dos posdoctorados en planeación urbana y planeación territorial, Monterrubio Redonda sostiene que el desafió de la planeación urbana en la Ciudad de México debe ser el equilibrio entre la eficiencia y equidad, “por lo que para iniciar debemos clasificar y establecer los usos del suelo capitalino con objetivos de igualdad e inclusión, que es el origen de la planeación urbana, que vea más por el interés colectivo que por los desarrollos inmobiliarios, sin que esto signifique olvidarse de la inversión”.
La urbanista socióloga señala que la planeación no debe partir a partir de una problemática sino debe ser integral, no sólo enfocarse en ciertas zonas, “por ejemplo como en el sexenio de Miguel Ángel Mancera proponía la Ciudad Inteligente, la Ciudad Administrativa, que después desapareció”.
Para una eficiente planeación en la Ciudad de México lo único que hace falta es cumplir con la Constitución capitalina, en su artículo 15, y las leyes secundarias que la respaldan, con ello el futuro de la capital tendrá certeza, puntualiza Monterrubio Redonda.
FOTOS: Especial / UAM
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