Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Tan bien que iba y en los últimos minutos Clara Brugada tiró todo por la borda. Se boicoteó. Por sacar el tema del “cartel inmobiliario” manchó su informe, generó un enorme ruido que desvió la conversación. Ya no se habló sobre logros o no en su primer año de gestión. La nota fue que la bancada del PAN abandonó el recinto cuando ella todavía hablaba en Tribuna.
“No más cárteles inmobiliarios en la Ciudad de México”, había dicho momentos antes Brugada, expresión innecesaria de su parte en el contexto de un acto republicano, en el que además convocaba al diálogo y el respeto para trabajar en conjunto por la ciudad, pero golpeando a la oposición. “Es mi naturaleza”, diría el escorpión de la fábula con la rana.
Brugada debió respetar su investidura como jefa de Gobierno o al menos por conveniencia el mensaje político de su Informe: que los logros planteados por ella fueran el punto noticioso, lo destacado. Pero no.
El tema del cartel inmobiliario ya lo había tocado la coordinadora de Morena, Xóchitl Bravo, a quien le acomodaba al dedillo el discurso, porque ella representaba una postura partidista. Pero Brugada gobierna para todo mundo. En descargo de la jefa de Gobierno, los morenistas destacaron que si los panistas se salieron de la sesión es porque les quedó el saco del cartel inmobiliario, porque nunca se les mencionó directamente.
El enorme error del autoboicot de Brugada despierta dudas sobre si no se sentía convencida de sus logros y con su golpe a la oposición pretendió generar un distractor para que la gente no se percatara de la falta de resultados. De otra forma no se explica que destruyó su propia narrativa.
También acaso con el tema del cartel inmobiliario Brugada quería ocultar que ha fracasado todo su plan –si es que se le puede llamar así– contra la gentrificación y para generar vivienda asequible, ante el déficit de más de 600 mil familias en la CDMX que no tienen techo propio.
El combate a la gentrificación con su “Bando Uno” está parado, porque ese decreto carece de fundamento legal: la jefa de Gobierno no tiene atribuciones para expedirlo. Ella prometió que para finales de septiembre entregaría todo un paquete de iniciativas contra la gentrificación, pero sigue pendiente.
Sobre vivienda, en su Informe presumió que este año se tienen 9 mil millones de pesos para construir nuevos apartamentos. Muy lejos de su plan sexenal de 200 mil techos. Con esos 9 mil millones le alcanzaría para 12 mil viviendas. Ya nada más le faltan 188 mil.
El logro que objetivamente se le puede reconocer a Brugada es en materia de seguridad, paradójicamente atribuible por una parte a quien fue su adversario en la interna de Morena por la CDMX, Omar García Harfuch, y después a su sucesor, del mismo equipo policial, Pablo Vázquez.
Otra evidencia este domingo es que Clara está bastante sola. La presidenta Sheinbaum le mandó un representante de tercer nivel: el secretario del Trabajo, Marat Bolaños –amigo de Andy López–, en vez de que le enviara a la titular de Segob, Rosa Icela Rodríguez.
La vecina gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, llegó tarde; del vecino de Hidalgo, Julio Menchaca, se justifica que no estuviera por los graves acontecimientos que afectan la entidad; la de Morelos, Margarita González, se entiende, porque es la más cercana a la presidenta. Así de mal la estrategia de Brugada, magros resultados y se boicotea. No se ve cómo pueda enderezar el rumbo. Lo veremos.
FOTO: Especial
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