Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Cuando los diputados de Morena acusan que Alejandro Moreno (a) ‘Alito’ es el cerebro y promotor del llamado “bloque negro” –que en todo caso sería tricolor–, la versión suena verosímil, porque por la mala fama de este político dicen que es incalumniable.
La propia historia de ‘Alito’ da cuenta de hechos más o menos de una índole así. Sus inicios en la política precisamente vienen de movimientos porriles, de ahí el mote con el que es más conocido en Campeche: ‘Vandalito’.
Ese apodo se lo ganó a pulso, en 1997, cuando irrumpió violentamente en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Campeche (UACAM) para sacar al entonces rector José Abud.
Me narran periodistas de Campeche que ‘Alito’ iba acompañado de gente armada, que a la postre el entonces gobernador José Antonio González Kuri justificó que eran “policías camuflados de civil”. Tenía que defenderlo porque él lo envió a esa toma violenta. Abud otra vez es rector, y ahora es la gobernadora Layda Sansores quien promueve su expulsión.
El miércoles, la coordinadora de Morena, Xóchitl Bravo y el vocero de la bancada, Paulo García, le atribuyeron a ‘Alito’ la responsabilidad intelectual del “Bloque negro”, con un esquema que describió como de “grupos porriles” que identificaron como “Organización de Estudiantes Técnicos (ODET), el Frente Juvenil Revolucionario del PRI, así como grupos conocidos como ‘Los 300’. Estos grupos porriles tienen un historial de relación con la dirigencia local del PRI en la Ciudad de México”, dijeron.
El tema, según los de Morena, ya lo está indagando la Fiscalía General de Justicia capitalina, instancia que será la responsable de valorar las pruebas que le presenten más las que debería investigar, para integrar la enésima acusación contra ‘Alito’, de quien se dicen tantas cosas, que ya es el incalumniable.
El financiamiento también proviene –según Morena– de los diputados federales priístas Carlos Eduardo Gutiérrez Mancilla e Israel Betanzos –presidente del PRI en la CDMX–. La fuente de toda esta información son los propios priístas, explicaron.
El 15N, sábado antepasado, fue la segunda ocasión en poco más de un mes en que ese supuesto “bloque negro” salió a violentar a las calles, con un atuendo negro y pasamontañas. Antes lo hicieron el 2 de octubre, en la marcha para conmemorar la matanza estudiantil en Tlatelolco, del régimen priísta de Gustavo Díaz Ordaz.
En ambos casos, un hecho contundente que echa abajo los argumentos de que se trató del “bloque negro” es que este movimiento de protesta que surgió en Europa en la década de los 1980 tiene como principal característica ser globalifóbico. Por eso, suelen atacar sitios emblemáticos de la globalidad: grandes corporativos, grupos financieros, comercios trasnacionales. Eso no ocurrió, menos el 15N, que fueron directo contra las barricadas que protegían Palacio Nacional, esas más horrendas que las llamadas “rejas de Chapultepec” que colocó Ernesto Zedillo en Los Pinos y tanto criticaron los izquierdistas que hoy gobiernan.
La secretaria general del PRI en la CDMX y coordinadora en el Congreso local, Tania Larios –sin duda el mejor liderazgo político del partido en la capital– dejó en claro que tales acusaciones contra su presidente nacional y diputados federales “constituyen, una vez más, un intento burdo de fabricar culpables donde no existen hechos, pruebas ni sustento legal alguno”. La Fiscalía capitalina está obligada a hacer una investigación rigurosa y seria. Lo veremos.
FOTO: Especial







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