Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Al estilo porfiriano, el Congreso de la Ciudad de México creó este martes la “Comisión Especial de Seguimiento a las Investigaciones Respecto de los Actos de Violencia Cometidos el 15 de Noviembre en las Calles del Centro Histórico de la Ciudad de México” (amén).
¿Para qué va a servir esa Comisión instruida con sutileza por la presidenta Claudia Sheinbaum en su mañanera del jueves antepasado? Seguramente para lo mismo que funcionaban las que ordenaba conformar el inventor de las comisiones legislativas durante su largo gobierno, el presidente Porfirio Díaz.
La historia cuenta que Díaz solía decir que cuando había un problema que no tenía solución o que era muy delicado y generaba opinión pública negativa, lo mejor era enfriar el asunto, desviar la atención del Poder Ejecutivo al Legislativo. De ahí su idea su invención de las Comisiones Especiales, que en realidad funcionaban para nada y para lo mismo. A veces mucho ruido, pero jamás esclarecían asuntos delicados. El mejor ejemplo muy reciente: las comisiones para el caso Ayotzinapa.
Precisamente en este marco encaja el tema de la violencia ocurrida el 15 de noviembre pasado en el zócalo de la Ciudad de México, porque según los señalamientos, podrían estar involucrados entes de los tres órdenes de Gobierno, emanados de Morena y de la oposición.
En la Comisión creada este martes, la Junta de Coordinación Política establece los alcances: “Esa comisión especial dará seguimiento a las indagatorias que realicen las autoridades competentes sobre los actos de violencia y el operativo policial implementado, incluyendo el esclarecimiento de quién o quiénes ordenaron las acciones violentas, así como las medidas de contención o el uso de la fuerza aplicadas durante los hechos mencionados, y la identidad, forma de organización y posibles responsables de la actuación del denominado ‘bloque negro’”. Así el acuerdo.
Esta Comisión Especial trae un contexto de acusaciones de la oposición de que agentes de la Policía de la CDMX actuaron con uso desproporcionado de la fuerza en contra de algunas personas, pero también señalamientos de que el tal “bloque negro” es auspiciado por un grupo de radicales de Morena, y que incluso cobran en la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México.
Del lado del oficialismo tienen dos versiones. En la primera aseguran, sin pruebas, que los alcaldes emanados del PAN, Alessandra Rojo de la Vega, de la Cuauhtémoc, y Mauricio Tabe, de Miguel Hidalgo, fueron los financiadores de ese tal “bloque negro” que generó los mayores hechos de violencia, que incluyen policías lesionados.
Los mismos legisladores de Morena han dado otra versión. Le atribuyeron al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno (a) ‘Alito’, y al de la CDMX, Israel Betanzos ser los organizadores, instigadores y financiadores de ese grupo de violentos. Las acusaciones de Morena, en voz de su coordinadora parlamentaria, Xóchitl Bravo, atribuyen el tema a “grupos porriles” que identificaron como “Organización de Estudiantes Técnicos (ODET), el Frente Juvenil Revolucionario del PRI, así como grupos conocidos como ‘Los 300’”.
En realidad, es evidente que la Comisión será básicamente para el escándalo político del tema de la movilización convocada por jóvenes de la Generación Z aquel 15N, porque estará a cargo de los coordinadores parlamentarios de todas las bancadas, y difícilmente ellos van a tener tiempo para investigar, porque ni modo de pensar que van a dejar a la deriva los asuntos verdaderamente importantes y que son la razón de ser del Congreso. Así que, bienvenida la Comisión porfiriana que no esclarecerá un asunto sumamente delicado de violencia. Lo veremos.
FOTO: Especial







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