Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
En abril de 2002, como coordinador de los diputados federales del PRD, entonces uno de los más progresistas de la Cámara, Martí Batres Guadarrama fue gran impulsor de la transparencia. Era de quienes promovía que se hiciera una reforma constitucional para dotar de autonomía plena al órgano mediante el cual se ejercería también este derecho humano a la información. El PRI se opuso, y tuvo que crearse un “organismo descentralizado de la administración pública federal”, a iniciativa del entonces presidente Vicente Fox, de la derecha.
Hoy, Batres Guadarrama, director del ISSSTE y ex jefe de Gobierno, igual que sus principales pupilos y operadores políticos, especialmente César Cravioto, dejaron de ser progresistas y se han convertido en más conservadores que el mismísimo Fox de 2002, junto con la jefa de Gobierno.
Resulta que Cravioto es el principal promotor en el Congreso de la Ciudad de México de la iniciativa de su jefa para la desaparición del “Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México (Info CDMX)”, que será sustituido por un simple órgano desconcentrado de la Secretaría de la Contraloría de la CDMX, dependiente jerárquicamente de la Jefatura de Gobierno.
Es decir, se elimina la autonomía, se acota un derecho humano, lo que para prácticamente todos los expertos en materia jurídica implica violentar el Artículo 1 de la Constitución, que en el párrafo tercero impide el retroceso de los derechos humanos. “Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad…”
Ese órgano desconcentrado será todo lo opuesto en sus atribuciones a las actuales del Info CDMX: tiene autonomía limitada, facultades acotadas, porque estará bajo supervisión de la Jefatura de Gobierno; carece de personalidad jurídica y patrimonio propios. Esto significa que el ciudadano padecerá una regresión en su derecho humano de acceso a la información, en contravención del citado artículo 1.
Sobre el tema de la transparencia y la progresividad de los derechos humanos hay una gran paradoja. Los que se supone son los conservadores, los retrógradas, los panistas, fueron los progresistas que impulsaron y aprobaron la plena autonomía del IFAI que derivó en el INFO DF, allá en 2007-2008. Y la progresividad en junio de 2011. En ambos casos se avaló durante el Gobierno de Felipe Calderón. En la administración actual, de Claudia Sheinbaum, los supuestos progresistas son los que acabaron con el INAI y ahora van a hacer lo mismo con el INFO CDMX. O sea, en realidad, en la 4T están los conservadores, al menos en este tema de la transparencia.
Otra cosa que resulta paradójica es que Nashieli Ramírez, quien fue durante ocho años presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México tenga que aceptar hacerse cargo de un órgano desconcentrado que se crea con el pecado original de haber violentado la progresividad de los derechos humanos, pues actualmente ella es la titular de la Secretaría de la Contraloría.
Una paradoja más: que Laura Enríquez, en unos días ex presidenta del INFO CDMX ante su extinción, haya aceptado hacerse cargo de un órgano menor al que encabezaba, sin autonomía plena, con lo que cargará la pesada loza de que fue acompañó la violación al artículo 1 Constitucional. Si no ocurre algo inesperado, el próximo año acabarán con la autonomía de los órganos electorales. Lo veremos.
FOTO: Cuartoscuro







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