Opinión
Por Roberto Calva
Con la llegada del siglo XXI, como sociedad comenzamos a tener un acercamiento con las tecnologías digitales; las computadoras pasaron de ser herramientas especializadas a ser consideradas indispensables en las oficinas y los hogares; mientras que, con el paso de los años, los teléfonos celulares, reproductores de música y video, así como nuevos dispositivos (como laptops, tabletas y smartphones) se volvieron populares en -prácticamente- todo el mundo.
Rápidamente, avanzamos hacía la cuarta Revolución Industrial que hoy vivimos y que se ha caracterizado por la innovación tecnológica, que es palpable a través de numerosas soluciones que están transformando nuestra manera de trabajar, comunicarnos y acceder a toda clase de servicios.
Por ejemplo, gracias a las múltiples aplicaciones y plataformas empresariales, en América Latina al menos 23 millones de personas han laborado de forma remota en el último año, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este cambio, en el caso de México, motivó una importante reforma a la Ley Federal del Trabajo, que ahora reconoce el desempeño de actividades remuneradas en lugares distintos al establecimiento de las organizaciones.
Además, iniciativas como la Estrategia Digital Nacional (EDN) buscan impulsar la transformación de las instituciones mexicanas, al privilegiar tecnologías abiertas, con las que es posible construir plataformas que promuevan la transparencia y agilizan los trámites y servicios a los que accede la población.
Gran parte de estos avances, de los que somos testigos, son resultado de la fuerza que impulsa la innovación: Red Hat Enterprise Linux (RHEL), el sistema operativo que proporciona una base sólida para todos los entornos y las herramientas necesarias para prestar servicios y ejecutar cargas de trabajo con mayor rapidez para cualquier aplicación.
Desde hace dos décadas, este software ha destacado en el mercado como un catalizador de innovación constante, un elemento generado por el Código Abierto, el cual permite la colaboración de miles de desarrolladores, programadores y expertos que conforman una comunidad internacional, encargada de construir las mejores soluciones tecnológicas; lo que demuestra lo relevante que es la suma de talento, culturas y conocimiento para las organizaciones.
Muestra de la importancia que cobra la colaboración es que 82% de los mil 250 líderes de TI participantes en nuestro estudio “Estado del Código Abierto Empresarial 2022” prefieren proveedores que realicen aportes en beneficio de esta comunidad ya que de esta manera se adquieren nuevos conocimientos y experiencias que influyen en sus planes de desarrollo.
Esta investigación también revela que 82% de los entrevistados considera que esta tecnología es igual de segura, o más, que el software propietario, al demostrar que cuenta con altos estándares de protección, que blindan cualquier arquitectura de TI.
Ahora bien, este proceso de evolución digital continúa y no se detendrá ya que, de la misma manera en que en estos 20 años, RHEL ha impulsado la innovación y lo seguirá haciendo ahora en su versión 9, recientemente presentada, la cual impulsa la transformación empresarial en paralelo con las fuerzas del mercado en evolución y las demandas de los clientes en un mundo de TI automatizado y distribuido.
Estoy convencido de que la innovación que brinda este sistema operativo seguirá dando como resultado soluciones tecnológicas, que nos continuarán sorprendiendo por sus impactos positivos en las organizaciones y en nuestras vidas. Hoy construimos las bases de un futuro en el que la tecnología seguirá siendo nuestra aliada, al ayudarnos al cuidado de la salud, a mejorar el sector financiero y las redes de telecomunicaciones, así como los servicios que los gobiernos ofrecen. El trayecto aún es largo, pero confío en que estamos avanzando por el camino correcto.
* Cloud Management & Automation Tech Leader para Red Hat en América Latina