Glorieta de Colón
Hace poco menos de tres años, la diputada Martha Ávila, de Morena, acusó al también legislador Ricardo Rubio, del PAN, por violencia política contra la mujer en razón de género. Todo comenzó porque en tribuna, Rubio rompió unas pancartas con la fotografía del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, y tras los reclamos de Ávila, el panista se acercó a su curul y ella acusó que lo gritoneó. Todo fue al calor de la sesión. Al final, la denuncia por violencia política de Ávila contra Rubio no avanzó. Esto viene a cuento porque este miércoles, al final de la sesión, se encontraron en el vestíbulo del Congreso capitalino y se saludaron amablemente. Rubio hasta le alabó el maquillaje de Catrina que se puso. Se ve que ya le dieron vuelta a la página y en una de esas hasta se van a volverse cuatachos.
Decepcionó Chávez
Para quienes estaban con el pendiente, por fin el diputado Luis Chávez –el que compraron en Morena con la curul a cambio de no permitir que llegara Gabriela Salido–, por fin subió a tribuna, casi dos meses después de haber iniciado la Legislatura. Pero pasó sin pena ni gloria: nadie le hizo caso. Ni los panistas a quienes traicionó, y menos los morenistas que no lo ven con mucho respeto que digamos, sino sólo como alguien que cuando levanta la mano vale un voto. La intervención de Chávez no sació ni el morbo.
¿Y la carta a Santa?
En el Instituto Electoral de la Ciudad de México ya le hicieron su carta a los Reyes Magos, pues van a solicitar que se les autoricen 920 millones de pesos para su Presupuesto 2025. Sin embargo, al parecer se brincaron un paso, una carta, la de Santa Clos, a quien debieron antes pedirle que con reforma electoral que viene no desaparezcan los órganos electorales estatales, como todo apunta así será, y por lo tanto no tendrían ni un centavo para 2025 y cientos de trabajadores serían despedidos. Están a tiempo de escribir esa carta.
FOTO: Congreso CDMX
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