Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Ahora que el coordinador de los diputados de Movimiento Ciudadano (MC), Royfid Torres anda tan ‘pulcro’ combatiendo a sus homólogos por tener el programa de “abasto popular”, vale la pena recordarle la historia en que, como operador político de la hoy senadora Alejandra Barrales –también de MC– guardó silencio ante un fraude de más de 300 millones de pesos a la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), durante su Quinta Legislatura, entre 2009 y 2012.
Esto se supo cuando inició la Sexta Legislatura. El entonces coordinador del PRD, Manuel Granados, se encontró con el enorme de la Legislatura anterior, en que la mandamás era Barrales. Se conformó un fideicomiso de 300 millones, que supuestamente serviría para pagar “becas” de jóvenes en universidades privadas, encabezado por el entonces diputado del PT, Adolfo Orive, hoy coordinador de asesores de la alcaldesa de Xochimilco, Circe Camacho.
La investigación de Manuel Granados no se judicializó nunca, pero el golpe político estaba dado en contra de un grupúsculo de legisladores, a quienes atribuyeron también haberse beneficiado y con su rebanada de pastel pagaron sus campañas, por ejemplo, para jefes delegacionales.
En las siguientes dos Legislaturas de la ALDF y hasta la actual Tercera del Congreso de la CDMX no le volvieron a mover al tema y seguro no lo harán, porque varios de aquellos hoy son otra vez diputados.
Entre los que se convirtieron en alcaldes beneficiados por ese pastel, según la indagatoria, destaca Víctor Romo, entonces perredista y hoy diputado local de Morena, quien fue jefe delegacional de la Miguel Hidalgo entre 2012 y 2015.
También se benefició Maricela Contreras, porque de ahí brincó a ser jefa delegacional en Tlalpan (2012-2015), donde por cierto hizo un pésimo papel y luego quedó peleada con su sucesora, Claudia Sheinbaum, porque le atribuyó responsabilidad en la tragedia del colegio Rébsamen.
Otro diputado de aquel entonces y que hoy está nuevamente en el Congreso es Alejandro Carbajal, entonces perredista y hoy emanado de Morena. Mismo caso el de Valentina Batres, quien lleva ahora dos reelecciones consecutivas. En esos días ya no pudo ser candidata a la Jefatura Delegacional de Álvaro Obregón, ni tampoco su hermano Martí Batres para jefe de Gobierno del DF, a quien por cierto Barrales le armó en esos días una campaña negra en redes sociales, con recursos de la ALDF.
Julio César Moreno de ahí se ayudó para continuar controlando la Venustiano Carranza y convirtió en jefe delegacional al hoy presidente de MC en la CDMX, Alejandro Piña (2009-2012), otro que también se rasga las vestiduras porque los diputados actuales tienen su programa “abasto popular”, que beneficia a la gente más empobrecida de la capital del país.
En 2012, a Piña lo acomodó Julio César en el Gobierno de Mancera, como subsecretario de Desarrollo Económico, que encabezaba Salomón Chertorivski, hoy becado por el Gobierno de Nuevo León y con un cargo de papel en el de Jalisco –ambos de MC–, pero sigue siendo el jefe de Piña, a quien en la Venustiano Carranza no bajan de traicionero.
Piña acompañó al grupo de comerciantes de mercados públicos que el miércoles reventó la sesión en el Congreso de la CDMX, ante la falta de oficio político de Royfid Torres, quien metió al recinto legislativo a los comerciantes y luego se le desbordaron. Ojalá Royfid nos contara la historia de esos 300 millones, para no ser cómplice por omisión. Lo veremos.
FOTO: Especial
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