Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Es fácil resumir la “labor” de quien desde el 15 de julio de 2021 ocupa el cargo de secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres: atacar a la oposición con granaderos; mandar golpeadores a mítines de alcaldes opositores, evadir asuntos importantes de su función, y aprovechar cualquier evento para hacer campaña, pues a pesar de su origen y formación como porro y ahora represor, cree que puede ser jefe de Gobierno.
El viernes pasado, Batres volvió a las andadas: la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón, denunció que el secretario de gobierno le mandó golpeadores a un evento oficial de la Demarcación. “Cuando uno denuncia irregularidades y actúa conforme a la ley, el porro de @martiBatres: el porro de Claudiabatres manda a la gente para incitar a la violencia”, posteó la alcaldesa.
No es la primera vez. El pasado domingo 8 de enero, según videos en redes sociales, Batres también mandó grupos de choque, sin importarle que hubiera familias en un evento en que la Alcaldía Álvaro Obregón festejaba el Día de Reyes. Policías de la demarcación tuvieron que controlar a los enviados del secretario de Gobierno. El jueves pasado Batres repitió la dosis en la explanada de la Alcaldía Miguel Hidalgo, que encabeza el panista Mauricio Tabe.
Batres actúa en aparente venganza. En enero, después de que Lía Limón responsabilizó a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, del accidente en la Línea 3 del Metro, en el que perdió la vida una joven de 18 años.
Los golpeadores del pasado viernes fueron enviados después de que Lía Limón denunció ante la Fiscalía capitalina a su antecesora de Morena, Layda Sansores, por un presunto desfalco de más de 120 millones de pesos de la Alcaldía Álvaro Obregón, lo que puede ser constitutivo de delitos como corrupción, ejercicio abusivo de funciones, desvío de recursos y enriquecimiento ilícito.
Ni puede actuar de otra forma, ni se puede esperar algo distinto de Batres, pues fue alumno de René Bejarano, El Señor de las Ligas, y porro en la UNAM, donde desperdició un espacio que pudo ser bien aprovechado algún joven que sí quisiera estudiar.
El hoy secretario de Gobierno tuvo su credencial como supuesto estudiante de la Facultad de Derecho de la UNAM, donde nunca pudo terminar la carrera; a duras penas avanzó cuatro semestres con calificaciones mínimas aprobatorias. Lo dieron de baja, pero siguió asistiendo a la Facultad durante varios años porque tenía que desquitar su salario como porro. Batres debería ofrecer una disculpa al menos a los universitarios. Está moralmente obligado por el alto cargo que ocupa.
Muchos años después, apareció en las cédulas profesionales emitidas por la SEP el nombre de Martí Batres Guadarrama, como “egresado de la carrera de derecho de la ‘Humanitas Escuela Superior de Leyes y Negocios’”. Se tituló como licenciado en 2011… ¡A los 44 años de edad! Ahora presume que ya tiene hasta maestría. No hay ninguna cédula al respecto en el Registro Nacional de Profesionistas.
Muy distinto a Batres, el trabajo conciliador y en pro del gobierno y los ciudadanos que desempeñó Rosa Icela Rodríguez los primeros tres años de la administración de Sheinbaum. En Morena y la oposición la extrañan y ven necesario que haya un secretario de Gobierno a la altura de las circunstancias, que dialogue, consense, y no un porro que además anda en campaña por una candidatura que, lo sabe, jamás va a ser suya, pero que le va a servir para pepenar otro hueso. Lo veremos.
Cuando uno denuncia irregularidades y actúa conforme a la ley, el porro de @martibatres manda a la gente para incitar a la violencia. pic.twitter.com/DnviJMfyIF
— Lía Limón (@lialimon) February 11, 2023