Óscar V. Machado / CDMX Magacín
La política hídrica de Clara Brugada tiene un grave retroceso presupuestario, pues en su primer año dedicó apenas 15 mil millones de pesos para todo este sector, mientras que en 2019, también primer año de Claudia Sheinbaum al frente del GCDMX, le destinó 23 mil millones de pesos.
En primera instancia, parecería que Brugada destinó 35% menos que Sheinbaum. Sin embargo, si se hace un cálculo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (NPC), en que se considera la inflación de manera piramidal, 15 mil millones de hoy equivalen a 11 mil millones de 2019. O sea que Brugada menospreció a tal grado el tema hídrico, que le concedió menos de la mitad de los 23 mil de Sheinbaum.
Brugada tiene que asumir la responsabilidad política de ello, aunque en su descargo, a ella “no le tocó elaborar el presupuesto de 2025, sino a la administración anterior”, que encabezó Martí Batres, afirma Roberto Constantino Toto, coordinador de la Red de Investigación del Agua de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM, alma máter de Brugada).
La variación presupuestaria es “paradójica” porque “a pesar del énfasis del discurso, no se ve reflejado en un presupuesto que es necesario para concretar los proyectos de infraestructura, mantenimiento, ampliación, corrección y la nueva infraestructura para dotar a la Ciudad de México de seguridad hídrica”.
Roberto Constantino expone: “Por eso tendremos una visión más clara en la estructuración del presupuesto 2026 que le corresponderá plenamente a ella, que debe contemplar las nuevas funciones de la Secretaría de Gestión Integral del Agua (SGIA)”.
Explica que la reestructuración del presupuesto hídrico para el próximo año debe enfocarse al mantenimiento de los 11 mil kilómetros de las redes de agua potable y modernización de los 9 mil kilómetros del sistema de drenaje, así como el tratamiento de las aguas residuales, fortalecer la infraestructura para la reinyección de agua subterránea con el programa de acupuntura hídrica.
El investigador pone énfasis en impulsar con determinación este programa de acupuntura hídrica porque si prospera, el agua de lluvia, en lugar de ir a parar al drenaje, si infiltrará al subsuelo por medio de estos 100 puntos que plantea el gobierno, “se va a liberar al drenaje de una presión excesiva y se evitarán encharcamientos e inundaciones”.
Además, plantea, se debe continuar con el programa, iniciado por el desaparecido Sistema de Aguas (Sacmex), de instalar medidores que detectan dónde ocurren fugas de agua, para que la red pueda ser monitoreada y así reducir el tiempo para repararlas.
Al señalar que a la SGIA es importante modernizar el equipo técnico que emplea su personal, Constantino Toto explica que esta dependencia tendrá que administrar no sólo el abastecimiento del agua y el desalojo de aguas residuales, como lo hacía Sacmex, junto con los gobiernos de Hidalgo y Estado de México.
“Por eso es importante mantener las zonas de conservación ya que reduce la velocidad de la caída y eso permite la infiltración del agua de lluvia al subsuelo”, puntualiza Constantino Toto, quien también ha sido consultor nacional e internacional en gestión hídrica.
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