Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El Gobierno de Clara Brugada enfrenta tal nivel de ineficiencia y falta de resultados, que en más de 7 meses ni siquiera ha colocado la primera piedra de al menos una de sus Utopías, su proyecto emblemático.
Prometió 16 Utopías en su primer año de gestión, pero no se ve que vaya a lograr la meta. Va muy lento el proyecto, porque su plan era que entre finales de abril y principios de mayo ya estuvieran todas las licitaciones y asignaciones de contratos para iniciar las construcciones. Esto aleja también el objetivo de 100 Utopías en 6 años, que por cierto costarán una fortuna: hoy se proyectan 15 mil millones de pesos, pero falta ver qué tanto inflan los costos, como en el Tren Maya o la Refinería de Dos Bocas.
A siete meses, Brugada ni siquiera ha logrado conseguir un predio por cada demarcación territorial. Precisamente para tener esos espacios Morena y el GCDMX recurrieron a estrategias del PRI dinosáurico: acarreo el domingo para asegurar que se ganara la consulta en San Pedro Cuajimalpa, y edificar ahí una Utopía. Tampoco es que el Gobierno de Brugada haya aceptado preguntar a la gente por un afán democrático; lo hizo porque la Ley así lo establece, al tratarse de un pueblo originario.
A pesar de todo el acarreo de personas, operativo en que destacó la organización y presencia de líderes morenistas en la región, hubo una participación muy escuálida: apenas de mil 295 personas. Por supuesto, ganó el sí: 773 votos a favor (59.6%) y 522 en contra. Se “avaló” la construcción de esa Utopía, se jactó la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), que encabeza Raúl Basulto Luviano. Pero no todo está dicho, porque muchos pobladores consideran que hubo irregularidades en la consulta.
Brugada y Basulto siguen padeciendo para encontrar más terrenos. Acaso por ello ahora quieren hacer hoyos para colocar Utopías. En vez de ampliar los espacios públicos para los ciudadanos, en esencia quiere rebautizar los que ya existen, con algunas transformaciones.
Un caso emblemático es el Parque Japón, en la demarcación Álvaro Obregón, donde sin preguntarle a la gente, personal de la Sobse llegó hace un par de meses a destruir el kiosco y atiborrar de material para construcción, sin la mínima consulta a los habitantes de la zona y usuarios del espacio.
Ello generó una importante inconformidad ciudadana, de manera orgánica. El secretario de Gobierno, César Cravioto, igualito que el caso de la colonia Nueva Santa María, en Azcapotzalco, no pudo con la molestia ciudadana. Hoy está en pausa la Utopía en el Parque Japón y lo más probable es que no transite.
También en la demarcación Miguel Hidalgo hay dificultades para la Utopía de Brugada. Ahí es con su propio Gobierno: quiere construirla en el edificio del Metro Colegio Militar, donde hoy está Instituto de la Juventud (Injuve) de la CDMX, ninguneado desde su creación, pues nunca ha tenido un espacio propio, acorde a sus necesidades y el respeto a los jóvenes.
Brugada los quiere dejar peor. Su plan: dividirlos en dos diferentes instalaciones, arrumbándolos. En ese edificio del Metro es inviable una Utopía. Acaso les atrajo que en la parte de atrás hay una alberca inutilizada por lo menos desde hace 30 años.
Otro caso donde Brugada tampoco ha podido encontrar un sitio es en la demarcación Cuauhtémoc. Ahí, los habitantes de Tepito no le permitieron la Utopía en el Deportivo Kid Azteca, donde otra vez era modificar un espacio ya existente y rebautizarlo. Todo apunta que Brugada no logrará la meta de 16 Utopías en su primer año. Lo veremos.
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