Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
ROMA, Italia. —Aquí las leyes de transparencia obligan a las entidades públicas no sólo a difundir a sus gobernados, en sus páginas web, la información que tiene que ver con las empresas contratadas por el gobierno para obras públicas, sino también en los sitios precisos donde se realizan.
Transparencia de avanzada en esta capital, a la romana, porque la información está disponible no sólo para quienes la encuentren en internet, sino in situ, para que quienes se ven afectados directamente en su entorno por las obras públicas, sepan desde cuándo inició hasta la fecha de terminación, y si hay alguna queja a dónde acudir exactamente y contra quien.
Ahora que el gobierno de Clara Brugada en la Ciudad de México ha prometido mayor combate a la corrupción bien podría empezar por un tema de avanzada en lo relativo a la obra pública contratada, algo así como tropicalizar la transparencia a la romana.
¿En qué consiste? En lo que toca a la obra pública, en todas deben poner un aviso legal cuyo primer dato es divulgar qué dependencia gubernamental es responsable de la contratación, la que paga, pues.
Los dos siguientes datos –que comúnmente son el mismo– corresponden a la empresa a la que se le adjudicó la obra, así como la contratada. Aparte, la compañía que realiza las obras que en muchas ocasiones no es el mismo.
Otro de los datos que se deben informar in situ es el monto máximo que se le ha asignado a ese contrato, para que no ocurra –o al menos no fácilmente– lo del Tren Interurbano México-Toluca o la refinería de Dos Bocas, que triplicaron el presupuesto respecto del original. El siguiente punto que transparentan es el gasto en la obra, conforme se va ejerciendo.
También incluyen el monto que erogan en temas de seguridad y asumen públicamente, in situ, un compromiso de terminación de la obra, y por supuesto también la fecha en que la iniciaron. Difunden ahí mismo el nombre de los funcionarios públicos y de las empresas contratadas.
Está quién es el responsable del procedimiento; diseño del proyecto; director operativo de la obra; inspector de la zona de trabajo y el de la construcción; director técnico. Una apertura absoluta de acceso inmediato para la gente que le impactan las obras de manera directa, y para todo el mundo en lo general.
Clara Brugada debería atreverse a mayor transparencia para lo que llama “segundo piso de la Cuarta Transformación”, pero parece que la intención y la tendencia van a ser al contrario, a cerrarse, como desde 2019. A pesar de que en algunos casos el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) ha ordenado a las dependencias entregar datos públicos, optan por decir que no encontraron lo que solicitó el ciudadano.
En su momento Andrés Manuel López Obrador incurrió en esa práctica desde la Presidencia de la República, porque también contó con la actuación temerosa de los propios comisionados del INAI, que en varios casos no se atrevieron a exigirle a la Presidencia entregar lo solicitado por este reportero, como la difusión de la carta al rey de España, que a solicitud de quien esto escribe, el propio presidente López Obrador leyó íntegra esa misiva, algo así como “la transparencia soy yo”.
Lo peor de todo para la transparencia es que la “4T” quiere desaparecer al INAI, por lo que cobraría mayor relevancia si Brugada se atreve dar un paso adelante en la transparencia. Es muy poco probable. Lo veremos.
FOTO: CDMX Magacín
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