CIUDAD DE MÉXICO 27 MARZO (CDMX MAGACIN).-Las Comisiones Unidas de Administración y Procuración de Justicia y la de Derechos Humanos, con opinión de la Comisión de Protección a Periodistas dictaminará la iniciativa de la diputada Ana Buendía para agravar el homicidio en contra de periodistas.
Buendía García destacó la importancia de proteger a quienes, con valor y determinación, hacen del ejercicio periodístico y la defensa de los derechos humanos su vocación.
“Cada voz que se silencia por la violencia representa una pérdida irreparable para la democracia y el progreso de nuestra sociedad. Construyamos juntos un marco jurídico sólido que proteja a quienes dedican sus vidas a la verdad y a la justicia”, expresó
Expuso que, la violencia que enfrenta el gremio periodístico sigue siendo un desafío que requiere soluciones más robustas y efectivas, propuso modificar el Artículo 138 TER del Código Penal local.
“Cuando, con el propósito de afectar, restringir o menoscabar el derecho a la información, las libertades de expresión o de imprenta, se prive de la vida a una persona que se desempeñe como periodista o defensora de derechos humanos en el ejercicio de sus funciones o como consecuencia directa de ellas, la pena se incrementará en una tercera parte Adicionalmente, se impondrán de 48 a 360 horas de trabajo en favor de la comunidad”.
De acuerdo con datos de Artículo 19.org, desde el año 2000, se han registrado más de 170 asesinatos de periodistas en el país. Estos crímenes suelen estar vinculados a su labor informativa, especialmente cuando se trata de exponer redes de corrupción o actividades ilícitas.
Puntualizo que, en el primer mes de 2025, América Latina ha sido escenario de al menos cuatro asesinatos de periodistas: dos en México, uno en Perú y otro en Colombia.
“Estos hechos no solo evidencian la persistente vulnerabilidad de los comunicadores en la región, sino que también reafirman el alarmante estatus de América Latina como una de las zonas más peligrosas del mundo para la prensa”
Menciono que, el homicidio de periodistas sigue siendo, tristemente, uno de los métodos más utilizados para silenciar voces críticas y limitar el flujo de información en numerosos países de la región.