Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
La reforma que prevén aprobar esta semana en el Congreso de la Ciudad de México para fusionar Comunicación Social con el Canal de Televisión –éste como cabeza– no contempla un asunto muy importante para cumplir con la defensoría de las audiencias, impulsada a iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum en la reforma de mayo pasado a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR).
Esa enmienda promovida por Sheinbaum contempla la recuperación y fortalecimiento de los derechos de las audiencias, tanto para las concesiones públicas como privadas de espectros radioeléctricos, que constitucionalmente son propiedad de la nación.
Esto significa que todos los concesionarios de radio y televisión deben crear la figura de la defensoría de las audiencias –honorífica o remunerada–, para garantizar que los contenidos sean plurales, veraces, respetuosos, protejan a grupos vulnerables –niñas, niños y adolescentes–, distingan claramente cuando se trate de publicidad; también que se cumpla el derecho de réplica y se dé respuesta a las quejas ante el defensor.
Esta figura se vuelve aún más relevante cuando se trata de medios públicos, por ejemplo, el Canal 14, Canal 11 y, por supuesto, el Canal del Congreso CDMX.
La figura del defensor de las audiencias está contemplada en la LFTR, en los artículos del 256 al 261, en que se establece que los concesionarios deben contar con un código de ética, designar a una persona defensora de la audiencia, atender las quejas y emitir recomendaciones.
Pero también prevé sanciones en el caso de que el concesionario no divulgue su código de ética, no atienda las quejas o no designe un defensor. Éstas van desde multas proporcionales a la infracción y al tamaño del concesionario; eliminación de contenidos en casos más delicados; y en caso de afectación grave a los derechos humanos de manera reincidente, podrían hasta revocar la concesión.
La vigilancia en el cumplimiento de la defensa de las audiencias está desde el pasado 16 de octubre en manos a comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT), subordinada de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones del Gobierno de Sheinbaum.
El defensor de las audiencias se vuelve más importante ahora en el caso del Canal de Televisión del Congreso de la CDMX por los argumentos que harán valer esta semana integrantes del grupo parlamentario del PAN, del riesgo de que la emisora se convierta en un ente partidista e incluso de un solo legislador de Morena.
Me dicen que van a argumentar que si Óscar Figuerola, el aspirante que apoya el diputado Víctor Romo es designado, va a estar al servicio no de las audiencias ni de los 66 legisladores, sino de uno solo, y va a utilizarlo como punta de lanza en contra del alcalde panista Mauricio Tabe, de Miguel Hidalgo, demarcación que perdió Romo desde 2021 y no se resigna a aceptarlo. Incluso, eventualmente diputados de la 4T podrían padecerlo.
Morena y sus aliados tienen poco más que los 44 votos necesarios (46) para designar al titular del Canal del Congreso. No necesitan los votos del PAN para aprobar el nombramiento, pero sí los requieren, igual que los del PRI y MC, para darle absoluta credibilidad y legitimidad no sólo al Canal, sino también al área de Comunicación Social.
Independiente de quién al final de cuentas encabece el Canal de Televisión, el Congreso CDMX debería a la brevedad designar defensor de las audiencias, ni modo de pensar que eventualmente el Gobierno de Sheinbaum los sancione. Lo veremos.
FOTO: Especial / Cuartoscuro







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