Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Para infortunio de Clara Brugada, cuatro días antes de su “celebración” por los primeros 100 días de gestión en la Jefatura de Gobierno, el INEGI informó que en la Ciudad de México se registró un incremento en la percepción de inseguridad en el último trimestre de 2024, que comprende el arranque de su administración.
En el resultado de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI puede observarse que en 14 de las 16 Alcaldías de la CDMX aumentó la percepción de inseguridad, en algunos casos hasta el 30% de las personas que se sentían seguras ahora ya se sienten inseguras. Esto, sin la menor duda estadística, si se proyecta a toda la capital, existe un retroceso en el sentir de la gente.
Este tema de la seguridad no le será fácil a Brugada, a pesar de que ha mantenido al secretario de Seguridad Ciudadana que había avalado Andrés Manuel López Obrador todavía como presidente: Pablo Vázquez (Aries). La desventaja de ella es que está muy dañada la relación con el actual secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, porque nunca terminaron de sanar las heridas de la confrontación en la interna por la candidatura. A la fecha, siguen sin soportarlo los del sector radical de Morena que apoya a Brugada. Son bien correspondidos.
Seguramente el domingo dirá Brugada que se mejoró en seguridad, dará cifras alegres y afirmará que las estadísticas están por encima de la percepción de las encuestas del INEGI. Pero ella y sus asesores no pueden autoengañarse, no pueden desdeñar el sentimiento del pueblo, porque además la percepción es realidad. Y si en 14 de las 16 Alcaldías hubo retroceso en seguridad, algo anda mal en el Gobierno central.
Habrá quien diga que se trata de un problema de mala comunicación, pero no por ello hay que minimizarlo, porque lo que en esa área ocurre es vitrina de su gobierno: les falla la estrategia de difusión, la relación con los medios de comunicación, con los periodistas que cubren las actividades de Brugada, en las redes sociales. No hay control de daños, pues cuando reaccionan ya es tarde.
De Comunicación Social lo que destaca hacia afuera es el enorme pleito entre la coordinadora Ana María Lomelí, una imposición de Palacio, y el brazo derecho de Brugada en temas de medios, Luz María Avilés. Tal es la disputa, que jefes de prensa de alcaldías se han visto en la necesidad de tener comunicación y acuerdos con ambas o con sus representantes cuando hay temas de Brugada, para que ninguno de los dos equipos se sienta excluido. La guerra escala y la jefa de Gobierno lo permite.
En sus primeros 100 días, Brugada ha presentado supuestas acciones, muchos planes de políticas públicas y programas sociales, sin que maneje cifras de lo que van a costar y menos que se tenga la certeza que los recursos le alcanzarán. Un caso de incumplimiento: puso en marcha un “bachetón”, dizque para toda la CDMX, pero siguen llenas de hoyos avenidas tan importantes como Viaducto, Insurgentes, Circuito Interior, Periférico. Están a la vista.
Lo mejor que ha tenido Brugada en estos 100 días es el Congreso de la Ciudad de México, donde le han aprobado todo lo que ha enviado, en tiempo y contenido para satisfacer sus necesidades políticas. Pronto también controlará al Poder Judicial de la CDMX. Así que, como la historia que contaba el clásico de Palacio, del señor que lo alcanzó en la bicicleta: Clara no tiene permitido fallar. Lo veremos.
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