Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Si bien siempre han tenido una buena relación Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada, desde que ambos son candidatos –ella a la Presidencia y él a la Jefatura de Gobierno– no se había percibido tanta cercanía entre ambos, como la de este domingo en el Zócalo. Tampoco se veía tanto el apoyo de la “Marea Rosa” para Taboada, como con Xóchitl.
En este contexto, Taboada ha venido creciendo en su campaña y hoy las propias encuestas de Clara Brugada, su contendiente de Morena, en el mejor de los casos para ella los ubican en empate técnico. En otras ya hasta con cinco o seis puntos de ventaja para él.
Pero desde este domingo que la “Marea Rosa” hizo a Taboada su candidato se espera que él logre en el último sprint de 15 días afianzar una ventaja irremontable, porque no es poca cosa que cientos de miles de personas en la plaza principal del país hayan acudido a apoyarlo, además sin ser acarreados. Pero también hay que sumarle a Taboada el apoyo de Xóchitl, quien de por sí ya traía una marca importante de seguidores en la capital del país, y ahora con su crecimiento electoral también va a apuntalar a su candidato.
Es decir, la unión “Marea Rosa”, Xóchitl y Taboada puede dar como fruto que la oposición gane ampliamente la capital, y que ese cúmulo de votos y el efecto chilango se expandan al Estado de México y a otras entidades federativas, y también Xóchitl gane la Presidencia. Es posible.
La expresión ciudadana vista este domingo en el zócalo tiene pocos momentos de comparación en la historia reciente. En todos los casos ha terminado en historias de éxito. Por ejemplo, cuando decenas de miles de personas salieron espontáneamente a defender a López Obrador contra el desafuero, ante lo cual Vicente Fox tuvo que recular. O los inolvidables cierres de campaña de AMLO en 2018.
Brugada tiene otros datos sobre el panorama electoral. Casi a cada día difunde una nueva encuesta en que supuestamente trae hasta más del 50% de las preferencias. Y de pasada, difunde la imagen de una decena de supuestos estudios de opinión pública que le dan amplias ventajas, casi todos bajo la firma de empresas que forman parte del “cartel de las encuestas”.
No se sabe quién le ha vendido espejitos a Brugada, de que va a lograr 3.4 millones de votos el 2 de junio. Es decir, casi un millón de sufragios más de los que obtuvo Claudia Sheinbaum en 2018. Ni en sueños. Sea quien sea el que le metió esa idea a Brugada, la engaña. Tal cantidad de votos significaría que en la capital del país obtendría más del 60%, contra 30% de Taboada y el restante 10% entre voto nulo y para Salomón Chertorivski.
Esto, porque en la CDMX la lista nominal de electores tiene 8 millones de personas. Se espera que la participación ciudadana alcance el 70%, que serían 5 millones 600 mil votos. Los 3.4 millones que supuestamente va a conseguir Brugada representan el 60.7%. ¿De dónde los va a lograr, si todo apunta que la oposición retenga las 9 Alcaldías que gobierna ahora y que pueda sumar dos más, Iztacalco y Xochimilco?
En realidad, pareciera que al equipo de Brugada ya le dio el síndrome Alfredo del Mazo González, ese que en 1997 padecieron los priístas que de manera insoportable, soberbia y acaso hasta procaz repartían dinero y aseguraban que iba a arrasar su candidato en la CDMX. Deberían mirarse en ese espejo. Lo veremos.