CIUDAD DE MÉXICO 07 DE JULIO (CDMX MAGACIN).- La Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) da través de la Dirección General de Coordinación de Políticas y Cultura Ambiental (DGCPCA), en el marco del Día Internacional de la Conservación del Suelo, exhortó a la ciudadanía a respetar y proteger el suelo, un elemento fundamental en todos los ecosistemas ya que brinda agua y alimento.
SEDEMA explico que el suelo es un sistema vivo que provee alimento y hogar a animales de la megafauna como sapos, topos, tejones, que son los principales agentes del movimiento y redistribución del suelo.
Pero también a microorganismos invisibles para el ojo humano, pero increíblemente fundamentales, como las lombrices, hormigas o cochinillas de la macrofauna, que ayudan al drenaje y aireación del suelo, los invertebrados microscópicos que regulan la descomposición; o las bacterias hongos o protozoos, que son los responsables de procesos biogeoquímicos.
Este día se conmemora desde 1963, en honor al Dr. Hugh Hammond Bennet, un científico estadounidense que estudió cómo el cuidado del suelo influye directamente en la capacidad reproductiva de la tierra. El objetivo de esta fecha es crear conciencia sobre el papel que tiene el suelo en el equilibrio medioambiental y resaltar la necesidad de un manejo adecuado.
Es de resaltar que, la principal amenaza que enfrentan los suelos es su degradación. Aunque este proceso es natural, las acciones humanas lo aceleran y agravan sus consecuencias negativas.
“Hay diferentes tipos de degradación: física, que implica cambios en la estructura textura y porosidad del suelo, lo que afecta su capacidad de aire y agua, como lo que pasa con la erosión; química, cuando hay pérdida de nutrientes, acidificación, salinización o contaminación del sustrato; y biológica, que es cuando hay una pérdida de materia orgánica o microorganismos”, puntualizaron.
Señalaron que es fundamental que se adopten prácticas sostenibles para los suelos, para que a través de ellas se preserve su biodiversidad y composición.
Es de resaltar que en la Ciudad de México se han recuperado técnicas ancestrales de cultivo que ayudan a preservar los sustratos como las chinampas o las terrazas agrícolas, recientemente declaradas Patrimonio Biocultural de la capital.