Glorieta de Colón
Como lo anticipamos en este espacio en la edición del 3 de septiembre, finalmente ocurrió que el coordinador de la campaña de Catalina Monreal por la Alcaldía Cuauhtémoc, Rodolfo González Valderrama fue designado titular de la Coordinación de Comunicación Social de la Cámara de Diputados, claro mensaje de que el grupo político de Ricardo Monreal está dando ya por perdida esa demarcación. González es muy cercano a Ricardo, el coordinador de los diputados federales de Morena y quien le dio el nombramiento. Estudiaron juntos el doctorado en derecho en la UNAM hace tres décadas. González fue delegado sustituto en la Cuauhtémoc, cuando en el 2018 Monreal se fue a competir por la senaduría. En la actual administración de López Obrador, fungió como director de director de Radio, Televisión y Cinematografía, RTC, dependiente de la Secretaría de Gobernación, y luego fue delegado de programas para el desarrollo del Gobierno Federal de su natal Tamaulipas. En julio, fue propuesto por el Ejecutivo para ser cónsul de México en Miami, pero algo frenó su ratificación en el Senado de la República.
Dos derrotas de Brugada
Hay que reconocerlo: Martí Batres, jefe de Gobierno, operó muy bien al interior del Congreso de la Ciudad de México y le ganó dos batallas a Clara Brugada, con lo que va a controlar dos de las cinco comisiones más importantes, una en la que se dictamina cuánto se gasta, en qué y cómo, y la otra que revisa si lo erogado se hizo conforme a la Ley, de manera regular, para el fuego amigo o perseguir adversarios. Por un lado, Valentina Batres, hermana del jefe de Gobierno, presidirá la Comisión de Presupuesto, desde donde tendrá información exclusiva de la confección del gasto, incluso meses antes de que se apruebe. La Comisión de Rendición de Cuentas y Vigilancia de la Auditoría Superior de la Ciudad de México la va a encabezar Gerardo Villanueva, un subordinado político de Martí desde hace más de 25 años, quien será el principal filtro de cualquier revisión del gasto de la administración de Batres, a quien le va a cuidar las espaldas. En ambos casos, Brugada tendrá que sortear el escollo de Batres, por lo menos los próximos tres años de la Legislatura.