Directores de Cuajimalpa ‘roban’ a profesor de tiro con arco

Glorieta de Colón

Les hemos quedado a deber la historia del profesor de tiro con arco a quien autoridades de la Alcaldía Cuajimalpa –según denuncias que nos hicieron llegar– le robaron todos sus instrumentos para la práctica de esa disciplina. Resulta que Alejandro Quintero fue durante varios años instructor de la Alcaldía en esta disciplina que ha dado varias medallas olímpicas, panamericanas, centroamericanas y mundiales a México. Al llegar la administración del panista Carlos Orvañanos (a) ‘Gordolfo Gelatino’, fue convencido por su compadre, el director general de Cultura y Deporte, Rafael Montiel –proveniente de Quintana Roo–, de que esta actividad ya no debería continuar. A Quintero no se lo informaron previamente. Simplemente un día llegó a laborar y no lo dejaron entrar ni por su equipo para la práctica deportiva, a pesar de que todo era de su propiedad, pues la Alcaldía jamás compró nada. El director de Deportes, Antonio López, también está enterado de la retención de objetos de Quintero, pero igual se ha negado a entregarlos. Tampoco Orvañanos ha dado la cara. A ver el Ministerio Público se resuelve el problema.

¿En campaña por la ÁO?

El alcalde de Álvaro Obregón, Xavier López Casarín, ¿estará enterado que su titular de la Dirección General de Obras –donde casi no hay dinero–, Carlos Gómez Hernández, aparece más en los medios que él, hace más eventos públicos que él y se promueve más que él en las redes sociales? Tanto que, hasta pareciera que anda en campaña por la Alcaldía Álvaro Obregón, lo que ha causado el asombro de otros altos funcionarios en esa demarcación territorial. Carlos Gómez sabe lo que está haciendo, porque cuando fue alcalde sustituto de Adrián Rubalcava fue sumamente cuidadoso de tener un perfil totalmente discreto. Pero ahora no, porque además de que ya rompió con Rubalcava –quien lo recomendó para el cargo–, hasta hoy López Casarín no le ha dicho nada, lo que es raro porque seguramente querrá reelegirse en 2027. Debería tener cuidado, por aquello de que quien traiciona una vez, traiciona siempre.