Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Como no ha ocurrido con otros magnates y enormes empresas asentadas en la zona de la Demarcación Territorial Benito Juárez, el Club América, cuyo propietario es Emilio Azcárraga hizo berrinche, su gente alardeó prepotencia, campañas negras en redes sociales y amenazas de demandas judiciales en contra del alcalde Luis Mendoza.
Todo, porque no aceptó que, como autoridad, la Benito Juárez, de manera fundada y motivada en la Ley de Alcaldías, Reglamento de Tránsito y la Ley de Seguridad Privada determinara el 29 de agosto que el partido del día siguiente contra el Pachuca se jugara a puerta cerrada.
Los argumentos legales de la Alcaldía son sólidos: el Club América se extralimitó, porque personal de seguridad de ellos cerró la calle Indiana, sin autorización, lo que impidió la movilidad de los habitantes de la zona, al grado de poner en riesgo la vida de una vecina que requería atención médica.
El parte policial indica que tuvieron que intervenir para liberar la vialidad, haciendo a un lado al personal de seguridad del Club América. Por eso, la Alcaldía le ordenó al Club que el personal de seguridad que contrate esté capacitado y registrado conforme lo establece la Ley de Seguridad Privada.
De todo lo anterior se deriva un argumento totalmente sólido, del cual han dado testimonio los habitantes de la colonia: ellos se sienten inseguros en cada partido, que su integridad está en riesgo y lo han denunciado. Eso obliga a la Alcaldía a proteger a los vecinos. De no hacerlo incurriría en una grave irresponsabilidad.
En realidad, el Club América y su propietario se sienten intocables, y por eso se lanzan contra el alcalde. Contrario a lo ocurrido con la empresa que administra la Plaza de Toros, pues aunque es de una de las familias más ricas del país –incluso mucho más que Azcárraga–, en vez de armar pleito, acataron la decisión y se sentaron a escuchar las inquietudes y quejas vecinales, para afectarlos lo menos posible cuando hacen espectáculos.
Tampoco armaron lío y tuvieron que acatar las decisiones de la autoridad de la misma Benito Juárez otras enormes empresas: FIBRA Uno, la más grande de México, propietaria de Plaza Mitikah, en suspensión de actividades por varios días. Acataron sin chistar todas las indicaciones de protección civil de la demarcación.
Mismo caso los propietarios de Soriana, cuya sucursal Delta estuvo cerrada por más de una semana. Las tiendas 3B, del poderoso turco, han tenido que aguantar suspensiones de actividad, también incumplir la normatividad.
Altanero en México, Azcárraga ha sido muy blandito ante la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, por la demanda colectiva de inversionistas que le reclaman 95 millones de dólares, por el “FIFAGate”, pues le atribuyen que pagó sobornos para obtener los derechos de transmisión de los Mundiales de 2018, 2022, 2026 y 2030. Allá sí le ‘sacateó’, pues hasta se separó de la Presidencia de Televisa para proteger al consorcio.
En México, los ‘televisos’ están acostumbrados a tener canonjías y no quieren ser molestados ni con el pétalo de una recomendación de protección civil.
Los alcaldes de la CDMX, al menos por convergencia de intereses, así como la jefa de Gobierno, tienen que cerrar filas con Mendoza, sin importar su extracción partidista, porque de no hacerlo a ellos les puede ocurrir lo mismo o peor en cualquier momento, lo que minaría su autoridad y calidad moral ante sus gobernados. Lo veremos.
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