Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Además de todas las irregularidades y delitos electorales ya evidenciados, la escasa participación electoral que se prevé en la elección del próximo domingo va a dejar al Poder Judicial de la Ciudad de México y al de la Federación con enorme déficit de legitimidad.
Esto trae como consecuencia que, contrario a lo que supuestamente busca el régimen de la llamada 4T, habrá menos credibilidad y mayor debilidad institucional del que ahora se padece, lo que fue el principal argumento para la reforma judicial.
En la CDMX el domingo se renovará la tercera parte de los magistrados y jueces, además de todo el Tribunal de Disciplina Judicial, con el cual van a ponerle control férreo a las otras dos terceras partes de los impartidores de justicia, cuyo plan es cambiar en los comicios federales de 2027.
A nivel federal, se renueva completamente la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Ahora ya no serán 11 integrantes, sino nueve. También nuevos serán la mitad de jueces y magistrados, para la otra parte designarla en 2027.
El enorme déficit de legitimidad radica también en la baja participación electoral, pues ni el mejor escenario proyecta que se logre el 40% de la lista nominal, cuyo total es de casi 100 millones de mexicanos. Ese porcentaje no es arbitrario, y es el mínimo que en 2019 el propio presidente Andrés Manuel López Obrador estableció para darle al pueblo el poder de revocación de mandato. La Constitución dice que si no participa al menos ese 40% (alrededor de 40 millones de personas), un ejercicio de revocación de mandato no es vinculatorio. Además, en el mismo modelo, la revocación tiene que ser aprobada por el 60% de los votos emitidos. Esto significa que se requieren alrededor de 24 millones en todo el país.
En el caso de la elección judicial de este domingo, ni los escenarios más benevolentes de consejeros del INE allegados al régimen de Morena proyectan que la participación será mayor al 10%. O sea, máximo votarán 10 millones de personas, con una enorme erosión del sufragio, ante tantos candidatos. Ese fue el porcentaje de participación en la revocación que promovió AMLO contra sí mismo en 2022.
En el caso de la capital del país, importantes liderazgos de Morena proyectaron una participación de 2 millones de personas, algo así como el 22% de la lista nominal, que son unos 9 millones. Eso explica las presiones desde la cúpula de la 4T a líderes y gobernantes emanados de ese movimiento para llevar gente a votar por los suyos, lo que derivó en actos desesperados, como el tráfico de “acordeones” con recursos públicos desde la Jefatura de Gobierno, para indicar por quién votar.
Obtuve información específica de una red de ‘mapachismo’ electoral en Azcapotzalco, promovido por la alcaldesa Nancy Núñez, con recursos públicos. Lo opera su director de Concertación y Participación Ciudadana, Pascual Santiago. Le apoya la JUD de Concertación, Mónica Ramírez, y utilizan un programa oficial que se llama “Brigadistas Chintololos”.
Por más que se diga que el pueblo va a elegir, una votación directa con máximo el 10% de participación y el terrible desaseo e irregularidades electorales arroja un mayor déficit de legitimidad que el modelo anterior, en que se designaba de manera indirecta a propuesta del jefe del Poder Ejecutivo y posterior aval del Poder Legislativo. Ahora menos vamos a creer en el Poder Judicial. Lo veremos.
FOTOS Especial / Mario Jasso – Cuartoscuro