Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
A los 16 alcaldes de la Ciudad de México les perjudica que se haya aplazado hasta agosto la consulta del Presupuesto Participativo 2025, porque les quedarán tres meses para aprobar las obras, contratarlas y concluirlas a más tardar el 31 de diciembre. Es decir, casi al vapor, lo que pone en riesgo la calidad de los trabajos e incluso eleva el riesgo de hechos de corrupción.
No es poca cosa el Presupuesto Participativo. Equivale al 3% del total que se les asigna a las Alcaldías. Desde hace dos décadas, cada año se ha hecho una votación para que los ciudadanos decidan qué obras de mejoramiento quieren hacer en sus colonias, barrios. Esa consulta comúnmente ha sido en junio, para que les queden seis meses para cubrir todas las etapas: planeación, diseño, licitación, ejecución, supervisión y conclusión, a más tardar el 31 de diciembre, como marca la Ley.
Sin embargo, este 2025 se recalendarizó la celebración de la consulta pública, porque en junio será la elección para jueces y magistrados de la Ciudad de México y federales. La consulta sobre Presupuesto Participativo será en agosto, lo que provoca un problema la ejecución del gasto: tendrán máximo 90 días para todo el proceso.
Ese tiempo es insuficiente, afirma el alcalde panista de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, quien del tema sabe, porque está en su cuarto año de gobierno en esa demarcación territorial.
Él insiste que por tratarse de un año especial ante la elección judicial, la consulta sobre Presupuesto Participativo debería ser para los proyectos que se ejecuten dentro de los ejercicios fiscales 2025 y 2026, precisamente para tener mayor tiempo.
Este tema no lo han tratado en bloque los alcaldes, aunque sí algunos han intercambiado puntos de vista y empiezan a armar un planteamiento más amplio, probablemente para presentarlo en la próxima sesión del Cabildo de la Ciudad de México, que deberá ser pronto, porque la Ley establece reuniones máximo cada bimestre, y la última fue el 8 de noviembre.
La alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavez no ve con malos ojos la idea de que en agosto se vote para dos ejercicios de Presupuesto Participativo. Ella tiene amplia trayectoria legislativa en temas del ejercicio del gasto, por lo que sabe de la dificultad y los problemas que pueden generarse por ejercer al vapor los recursos públicos. Ahora desde una posición ejecutiva ve esa complicación, y más porque ella encabeza la demarcación de mayores recursos, con colonias muy contrastantes y pueblos originarios.
Otro argumento importante para que la consulta sobre Presupuesto Participativo comprendiera 2025 y 2026 es que se ahorraría dinero del erario, que bien podría reasignar el Congreso hasta para construir UTOPÍAS.
El Presupuesto Participativo se divide de manera equitativa para ejercerlo en colonias y pueblos, en los proyectos propuestos por los ciudadanos, sean obras, servicios, equipamiento urbano, infraestructura, prevención del delito, actividades deportivas, recreativas, culturales.
En el Congreso de la Ciudad de México hay una iniciativa del panista Tabe para que esta vez sea bianual la consulta sobre Presupuesto Participativo, la que ha ido ganando adeptos, pero le falta el más importante: el de la Jefatura de Gobierno, de Clara Brugada. Por su trayectoria, ella debería considerarlo, pues fue tres años delegada y cinco años alcaldesa en Iztapalapa y sabe la imposibilidad de concluir el 31 de diciembre todo el proceso de obra pública que se vote en agosto. ¿Será sensible al tema? Lo veremos.
FOTO: Especial
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