Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Hay dos frases que utilizan ahora en Morena, que ilustran el nivel de conflicto que hay al interior del partido: “El problema no es con los otros, es con nosotros”, la eufemística. La otra, en un tono más fuerte, más realista: “El pedo no es con los otros; el pedo es con nosotros”.
Esa división va más allá de Morena. Se extiende hacia la coalición con el PVEM y el PT, a tal grado que fue necesario hace unos días refrendar la alianza que han tenido desde 2021 con los verdes, y desde 2018 en el otro caso.
El primer escollo para Morena hacia el 2027 será mantener la unidad interna, pues las diferencias ya no son sólo entre puristas y moderados, que en gran número vienen del PRI y el PAN, sino también entre los radicales, los puristas, que provienen del PRD y otros movimientos de izquierda.
En el Congreso hay un ejemplo muy claro de que no terminaron de cicatrizar las heridas de la interna en que desplazaron a Omar García Harfuch, y por esto la división que causan legisladores como Víctor Romo, quien hasta hace unos días encabezaba un grupo para tumbar de la coordinación a Xóchitl Bravo, e impulsaba Yuriri Ayala. Se le cebó.
En las Alcaldías se ven también diferencias. Algunos ejemplos: en Iztacalco, la alcaldesa Lourdes Paz no respeta a los grupos de Morena, a pesar de que gracias a ellos pudo ganar la demarcación el año pasado, porque ella carece de nulo trabajo territorial. La gobernabilidad se le ha ido de las manos, porque está más preocupada en sus aspiraciones reeleccionistas que en dar resultados.
En Gustavo A. Madero, el alcalde Janecarlo Lozano también genera división entre los morenistas, pues ha incentivado que su hermano Cristofer ande como en campaña para ser su sucesor. El riesgo es que si en 2027 le dicen a Janecarlo que no puede reelegirse, ni su hermano ser candidato de Morena, habrá ruptura.
En Iztapalapa, desde la estructura de Gobierno está la división en Morena. Por un lado, el grupo de la alcaldesa, Aleida Alavez, y por otro el de Mucio Hernández Guerrero, director General de Gobierno, quien obedece a Clara Brugada, prácticamente al margen de la alcaldesa. Además, a Mucio ya le late el corazón por el 2027.
En Xochimilco, Morena está partido en dos también: los del ex alcalde José Carlos Acosta, quien se siente dueño del territorio, y sus adversarios al interior del partido, que se han aliado a la alcaldesa del PT, Circe Camacho.
Los conflictos entre morenistas y con sus aliados llevaron a liderazgos importantes desde el Gobierno capitalino a acercarse al PRD, para hacerle un contrapeso al PVEM y PT, que han ganado sus elecciones en la CDMX con la estructura de Morena. César Cravioto, secretario de Gobierno, es impulsor de esa estrategia.
Por eso la presidenta legítima del PRD Ciudad de México, Nora Arias, también coordinadora de este partido en el Congreso capitalino, fue invitada a la firma del acuerdo de aliados. El mensaje: PVEM y PT no son indispensables. Al ser el PRD origen de miles de morenistas, una alianza entre ambos en 2027 es altamente probable, siempre y cuando no permitan que se quede Ricardo Monreal con el PRD.
Morena parece que no tendrá problema en manejar el asunto con sus aliados, pero no así al interior de su partido, y por eso la frase: “El pedo no es con los otros, el pedo es con nosotros”. Lo veremos.
FOTO: Facebook / Aleida Alavez
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