Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El subsecretario de Gobierno de la Ciudad de México, Fadlala Akabani nos confirmó que es un ‘chivo en cristalería’, pues carece de oficio político y en vez de resolver los conflictos, les atiza y termina escalándolos.
Esta vez se peleó con diputados del Congreso de la Ciudad de México, pues ahí en pleno recinto les fue a decir que incurren en “competencia desleal” por el programa de apoyo que tienen para la economía de las familias capitalinas, el cual consiste en llevar a las colonias de menores ingresos frutas y verduras a precios más accesibles.
Akabani tuvo que ir al Congreso capitalino este miércoles a “dialogar” con un grupo de personas que se dijeron comerciantes de mercados públicos y tianguis, quienes se manifestaron frente al recinto legislativo para exigir que los diputados desistan de su programa de abasto.
Por supuesto, como suele ocurrirle a Akabani, reventó cualquier posibilidad de diálogo. Luego, ingresó al Congreso donde fue peor: emitió expresiones que lo confrontaron con legisladores, en una delicada contradicción de la condición en que acudió: como subsecretario de Gobierno, pero reconociendo que no se quita la cachucha de empresario.
En el vestíbulo del recinto de Donceles y Allende, Akabani platicaba con otra persona a quien le dijo: “No voy a dejar que ningún diputado se acredite como comerciante. Lo digo a título personal. No me voy a quitar la cachucha de empresario”, expresó, a pesar de que ingresó al Congreso con la cachucha de subsecretario. Akabani tiene una cadena de comercio de muebles, la cual ha recibido quejas de incurrir en competencia desleal. También es ‘antrero’ de Insurgentes, desde que fue delegado de Benito Juárez, entre 2003 y 2006.
Reporteros abordaron a Akabani y le preguntaron sobre las quejas de los manifestantes, de que los diputados incurren en una competencia desleal con su programa social. “No solo eso, es inmoral e ilegal lo que hacen los diputados. –respondió el también ex secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, quien desde ese encargo nunca actuó contra la competencia desleal de las grandes corporaciones trasnacionales que afectan gravemente a los productores nacionales.
Los legisladores se sintieron agredidos por los dichos de Akabani, de quien he insistido en este espacio no tiene la capacidad para el encargo que ostenta, pues el subsecretario de Gobierno debería ayudar al titular de la dependencia, César Cravioto, a despresurizar y resolver conflictos sociales, pero siempre los escala.
Ejemplos hay varios en temas sumamente sensibles, como el paro de más de un mes del Poder Judicial de la Ciudad de México. Akabani fue enviado a varias reuniones de negociación, y terminó reventado porque engañó a los paristas.
También hace un par de meses enviaron a Akabani a dialogar con vecinos de Azcapotzalco para tratar de convencerlos de la construcción de un albergue para migrantes indocumentados en la colonia Nueva Santa María. Terminó en confrontación con los colonos, quienes lo corrieron, literal, a mentadas de madre y casi a golpes.
Si tanto preocupa a Akabani y a los tianguistas la competencia desleal, se equivocaron de lugar para sus protestas. Debieron ir, por ejemplo, a las tiendas Walmart, Soriana, Comercial Mexicana que verdaderamente incurren en esa práctica, de la cual se quejan los verdaderos comerciantes de mercados y tianguis, así como productores locales.
Akabani terminó mal con los diputados locales Varios me aseguran que ya se cerró las puertas de cualquier interacción política. Lo veremos.