Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
La diputada Martha Ávila, presidenta del Congreso de la Ciudad de México, tenía trazada su ruta política para después del 1 de septiembre, ya concluido el periodo que encabezará esa posición legislativa, a la que arribó como parte de un acuerdo político al interior de Morena.
Cercana a Clara Brugada, ambas de añejas luchas en Iztapalapa, en esa fecha solicitaría licencia al cargo de diputada local para sumarse al Gabinete, posiblemente como la coordinadora de todos los programas sociales desde el Gobierno Central, lo que la daba una plataforma inmejorable para convertirse en la candidata a la Alcaldía de Iztapalapa en el 2027 y, por supuesto, ganar.
Sin embargo, un hecho lamentable sacudió al Congreso, modificó el panorama político para Martha Ávila y también para la bancada de Morena: falleció su diputada suplente, Yolanda Cruz Pérez, el pasado 15 de marzo.
Para algunos expertos, ello impide en definitiva que el Congreso le pueda conceder licencia a Martha Ávila para separarse del cargo de diputada, porque sólo podría hacerlo por causa “grave”, de fuerza mayor pues quedaría vacante la curul.
Para otros, sí puede separarse del cargo público y citan el precedente que estableció en 2023 el ministro Arturo Zaldívar, quien también sólo podía separarse del cargo por “causa grave”, y desde el presidente López Obrador hasta la mayoría del Senado consideraron que la simple voluntad de no querer seguir siendo ministro configuraba tal “causa grave”.
El tema en el Legislativo ha sido complejo. Por ejemplo, en el 2020, el entonces director del Canal 11, Antonio Álvarez Lima, tuvo que renunciar al cargo para regresarse al Senado, porque falleció su suplente.
En un escenario hipotético que Martha Ávila se separara del cargo, vendría otro problema para Morena y sus aliados: perderían un voto, al menos de manera temporal, lo que pondría en riesgo la mayoría constitucional, para la cual se requieren 44 legisladores. Hoy tienen 46, pero anda tambaleándose un voto perredista y hay algunos rebeldes entre los aliados.
Si Ávila se separa antes del final de febrero de 2026, cuando cumple la mitad del periodo de tres años para el que fue electa, tendría que convocarse a una nueva elección en el Distrito 28, con cabecera en Iztapalapa. El tiempo estimado entre la vacancia del cargo, la elección extraordinaria y la asunción se estima en cuando menos 4 meses.
Si la legisladora se separara del cargo transcurrida la mitad del periodo ya no se convocaría a una elección extraordinaria y durante año y medio Morena tendría un voto menos. Desde el Gobierno de Brugada están muy preocupados por no perder ni un escaño. Por eso no se entiende el descuido que ha llevado a la falta de cumplimiento de acuerdos políticos a la coordinadora de la bancada perredista, Nora Arias.
En este escenario, no está fácil que Martha Ávila se separe de su encargo, lo que ha representado un desajuste político, porque ella fue durante más de 4 años y medio la coordinadora de Morena, en las dos legislaturas anteriores. Hoy todo apunta que a partir de septiembre dejará de tener un cargo relevante y requerirá espacios para su fuerza política, pues no va a ser fácil adaptarse a esa nueva realidad. Lo cierto es que se ha disciplinado cuando así le corresponde, como el año pasado que le tocaba la candidatura a la Alcaldía Iztapalapa, y se hizo a un lado para dejar pasar a Aleida Alavez, como parte de un arreglo político. Tendrá que haber uno nuevo, pues se la deben. Lo veremos.
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