TRAS LA PUERTA DEL PODER
Roberto Vizcaíno
Personaje central del momento en el análisis y columnas periodísticas que lo ubican como “disponible” como coordinador de los senadores de Morena debido a una supuesta ruptura con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el zacatecano Ricardo Monreal afirmó ayer:
“… yo estoy sometido a la aceptación, no ahora, sino siempre, desde el primer día que se me designó, siempre he estado sometido al voto de la mayoría de los compañeros…”
- (Pero) ¿Se mantiene firme, entonces, como coordinador, para el próximo Periodo?, se le insistió.
“Sí, claro… me mantengo si los compañeros lo deciden, me mantendré, y si no, que revoquen mi mandato”, agregó.
Durante una conferencia de prensa, Monreal -quien ha afirmado públicamente que irá por estar en la boleta electoral de la presidencial del 2024 bajo las siglas o no de Morena y al lado o no de Andrés Manuel López Obrador: me he preparado para ello, ha dicho-, no negó lo que previamente había declarado el senador neomorenista y exdirigente nacional panista Germán Martínez, quien reveló que los senadores de Morena estaban firmando un listado en apoyo de la permanencia de Monreal en la coordinación de la bancada mayoritaria.
Colateralmente el columnista de El Universal, Salvador García Soto escribió que de los 60 senadores de Morena unos 19 ya no apoyaban a Monreal mientras que el resto le habían manifestado su respaldo total.
Todo ello ante una supuesta ruptura y alejamiento de Monreal con el presidente López Obrador, quien podría estar preparando dar un golpe de mando para sustituirlo en la coordinación del grupo legislativo de Morena.
¿Causa?
Algunos afirman que el hecho de que AMLO ya no invite a Monreal a desayunos en Palacio se debe a que el zacatecano podría haber operado en favor de candidatos de la oposición en la Ciudad e México -especialmente en la Cuauhtémoc donde él fue delegado-, durante las elecciones de junio.
Otros ven que el tabasqueño ya no lo quiere tener a su lado desde que lo excluyó de su lista de aspirantes de Morena a sucederlo en 2024 y el zacatecano se metió entre los aspirantes más viables.
No faltan quienes ven en este congelamiento de relaciones hechos anteriores, como la rebeldía, casi ruptura, mostrada por Monreal en 2018 cuando AMLO optó por Claudia Sheinbaum en lugar de él para ir como Jefa de Gobierno en la Ciudad de México.
Lo cierto es que existen datos inocultables que advierten movimientos presidenciales alrededor de Monreal y la coordinación en el grupo mayoritario en el Senado que van desde el sorpresivo reingreso de Gabriel García a su escaño -el operador político y financiero más cercano y de más confianza de AMLO desde su paso por el gobierno de la CDMX-, y el envío de Martí Batres a la secretaría general de Gobierno de la CDMX.
Pero sobre todo está el movimiento ordenado desde Palacio para que la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero sacara a Monreal de la negociación parlamentaria de la Ley Reglamentaria de la Revocación de Mandato.
Un movimiento que obviamente iba a terminar en fracaso y en una evidente ruptura entre uno y otro.
Los escépticos indican que AMLO sabía perfectamente que su movimiento no iba a prosperar y que sólo fue para enviarle a la bancada de Morena -y al resto de la comunidad política- su alejamiento del zacatecano.
El mandatario supo siempre que la Ley Reglamentaria en juego nunca corrió riesgos, porque si no salía en el extraordinario, saldría en el período ordinario que está por iniciar.
Curtido en crisis políticas, Monreal no desaprovechó el momento para bromear al despedirse ayer de los reporteros:
“Está haciendo mucho frío… es el norte, ¿verdad? El aire del huracán”, y sonrió.
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