Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Nomás porque no quisieron, pues la oposición no les firmó –aunque ni lo necesitaban–, pero el Congreso de la Ciudad de México pudo ser de los primeros dos o tres en aprobar la reforma Constitucional que avaló el Senado de la República a las 4 de la mañana de este miércoles, pero, extraño en Morena, ganó la prudencia por sobre los ímpetus.
La madrugada de la votación, el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso, Jesús Sesma, estuvo en el recinto legislativo de Xicoténcatl, antigua sede del Senado, donde sesionaron ante la irrupción de estudiantes y trabajadores del Poder Judicial Federal en la sede oficial, de Insurgentes y Reforma, en espera de llevarse la minuta en sus manos, si fuera necesario.
Sesma ya había anticipado este escenario, quería ser el primero. Por eso publicó un acuerdo de la Jucopo en la que se solicitaba sesionar a las 7am de este miércoles para aprobar de inmediato la minuta que les entregaría el Senado, que sesionaba a una calle del Congreso capitalino.
Precisamente ese documento fue el primer motivo de discordia sobre el procedimiento del Congreso de la CDMX en sesión especial como Constituyente Permanente. El acuerdo traía la firma de Morena, PT, PVEM y las asociaciones parlamentarias, que en voto ponderado representan 46 de los 66 legisladores en el Congreso. El PAN, PRI y MC no lo quisieron firmar y reclamaron.
Tan estaba en marcha el plan, que personal del Congreso recibió la instrucción de quedarse toda la noche, porque también esos eran los deseos del inquilino del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Pero vino una contraorden para que no aceleraran el proceso, porque querían cumplirlo al pie de la letra, a fin de no dejarle espacio a la oposición para recurrir a alguna acción de inconstitucionalidad contra alguna violación al procedimiento y que por ahí se pudiera cuestionar –más– la aprobación de esta reforma.
Fue por eso que decidieron llevársela con más calma y celebrar la sesión especial como Congreso Constituyente este jueves a las 9 de la mañana, aunque fueran el vigésimo del país en aprobarlo. Total, ya el Congreso de Oaxaca les había ganado a ser el tapete más veloz de México. Sí, fueron los primeros, apenas dos horas después de aprobado en el Senado ellos avalaron la reforma constitucional y por unanimidad. Con todos los legisladores quedó bien el gobernador Salomón Jara.
Durante todo el miércoles siguió habiendo impacientes en la bancada oficialista e incluso entre personal del Congreso capitalino. El jueves lo mismo: e los llevó a cometer un error que pudo ser muy bien aprovechado por la oposición para impugnar la reforma.
El área de Servicios Parlamentarios puso en riesgo la pulcritud del procedimiento, pues pidió a la presidenta de la Mesa Directiva, Martha Ávila que se votara la minuta, sin que se agotara la discusión en el Pleno, pues la oposición todavía no había tenido el espacio para expresar “su voto razonado”. Servicios Parlamentarios corrigió y el Pleno permitió que la oposición se expresara, conforme al artículo 135 Constitucional. Ganó la prudencia, por sobre la premura.
La votación dejó ver que los diputados que “adquirió” Morena desde antes de la instalación de la Legislatura sí van a jalar con ellos, pues los tres votaron a favor de la reforma, con lo que el oficialismo consagró su mayoría aplastante de 46 votos, contra 20 de la oposición, que deberá tener claro su papel en esta legislatura: jamás van a ganar una votación, pueden ganar los debates, pero para ello tienen que ocupar los espacios políticos y mediáticos en su entorno. Este jueves no lo hicieron: ni siquiera una conferencia de prensa para contrarrestar la fiesta del oficialismo. O le ponen enjundia, o no van a ser ni testimoniales en la Legislatura. Lo veremos.