Óscar V. Machado / CDMX Magacín
Cuando comuneros de Milpa Alta piden el apoyo de la Guardia Nacional para proteger el suelo de conservación, siempre llega horas después, ya cuando el daño está hecho. Por eso es que comuneros de Milpa Alta han conformado su Guardia Comunal con escasos recursos y equipamiento, pero con mucho ahínco, con lo que logran vigilar más de 27 mil hectáreas de suelo de conservación, principalmente en los límites con Morelos y Estado de México, donde todavía hay fauna silvestre: venados, gatos monteses, tlacuaches, coyotes. También oyameles, pinos, encinos, que están en peligro por la caza furtiva y por la tala ilegal.
Jovany Tlaixceo Hernández, integrante la Guardia Comunal de Santa Ana Tlacotenco, uno de los 12 pueblos originarios de Milpa Alta, advierte que la tala de árboles aún persiste en los montes y cerros del suelo de conservación de Milpa Alta, sobre todo en los pueblos de San Pablo Oztotepec y San Lorenzo Tlacoyucan, en donde en sus montes se encuentran oyamel, ocote, madroño, encino, árboles frutales, entre otros.
“El problema es que agarramos a los taladores clandestinos, pero hay jueces corruptos que los dejan libres, a algunos taladores ya son tres veces que los hemos detenido”, lamenta.
Con más de 15 años cuidando el suelo de conservación milpatense relata que a esta zona acuden cazadores de Morelos, pero sobre todo del municipio de Juchitepec, Estado de México, donde hay clubes de caza. “Se introducen al territorio e Milpa Alta y cazan de manera furtiva, cuando se supone que hay una veda desde 1974 en la Ciudad de México, donde no se puede cazar ni se puede aprovechar de ningún producto forestal”.
Ante esto, señala que la Guarda Comunal vigila toda esta zona las 24 horas, todo el año, tanto para la caza furtiva como para la tala clandestina. “Por ejemplo, en la temporada de caza, que es en septiembre y octubre, muchos cazadores se introducen en nuestro territorio, pero ya los estamos esperando y los sacamos. A veces llega la Guardia Nacional, pero cuando se le pide apoyo, llega 3 horas después, entonces no nos sirve de nada”.
Ante la falta de apoyo de los Gobiernos Federal y capitalino para cuidar el suelo de conservación de Milpa Alta, Jovany Tlaixceo explica que primero se constituyeron como autodefensa clandestina, “y empezamos a detener la tala clandestina con poncha llantas, nos correteaban a balazos, pero cuando nosotros les quitábamos la camionetas donde transportaban los árboles y la presentamos al Ministerio Público (MP), éste no la querían recoger porque decían que tenía que ser el flagrancia y entonces les advertíamos que si no los recibían, las llevaríamos a la alcaldía para quemarlas, entonces el MP sí las recibía con las cargas de madera extraída ilegalmente”.
Sigue: “Hemos recibido amenazas de muerte por parte de los taladores clandestinos, pero ni así paramos, seguimos enfrentándolos y deteniéndolos, los seguimos presentando a la autoridad, y hemos tenido una baja considerable en el pueblo de Santa Ana Tlacotenco, en otros pueblos como San Pablo Oztotopec y San Lorenzo Tlacoyucan no ha parado esta tala clandestina, puntualiza el Guarda Comunal.
FOTO: Temática, archivo Movimiento Tipilaltepemeh







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