David Polanco / CDMX Magacín
Periodista, cronista y crítico taurino, Édgar Mendoza asevera que la tauromaquia forma parte de la vida cultural de México, por lo que llama a que no desaparezca esa llamada fiesta brava en la capital, porque además implicaría la pérdida de miles de empleos directos.
“Me llamó mucho la atención que ya reconoció, la presidenta Claudia Sheinbaum, desde que fue jefa de Gobierno, que la tauromaquia forma parte de la cultura de esta nación. Es una cultura de hace 500 años, cuando llegaron los primeros conquistadores. De hecho, la primera corrida de toros registrada dentro de un marco histórico fue el 24 de junio de 1529, donde hoy es la Catedral”, relata el periodista en entrevista con CDMX Magacín.
Este miércoles, durante su conferencia matutina, Sheinbaum recordó que en la Constitución ya está incluida la protección de los animales, por lo que exhortó a revisar el tema de las corridas de toros con sangre.
Lo anterior, en el marco de la discusión sobre la iniciativa ciudadana de la prohibición de las corridas de toros y que el próximo viernes 14 de marzo será votada en Comisiones y el martes 18 en el Pleno cameral de los 66 legisladores.
Mendoza añade: “Prohibir la fiesta brava es comprimir una industria que está conformada prácticamente en el país con casi 300 ganaderías desarrolladas o ubicadas en buena parte del centro del país. Algunas, las menos, están hacia el norte: Durango, Baja California Norte o bien, como puede ser Campeche, Yucatán en el sureste”.
Continua: “Por otra parte, alrededor del toro hay una economía muy importante de la cual viven muchas familias. Yo creo que, en promedio cada casa ganadera alrededor de 10 familias está viviendo del toro o sea de la economía que se genera alrededor del toro”. Es decir, tan sólo en este rubro van 3 mil familias, de a cuatro integrantes, unas 12 mil personas.
Édgar Mendoza abunda: “Luego, alrededor de esta economía hay que mencionar que están los médicos veterinarios, los que producen el alimento, los que lo procesan, los que lo siembran, los que producen, todo esto, además de transportistas. En fin, una cantidad muy importante”.
El periodista expone que dichas implicaciones también afectarían a los matadores de toros y a otros involucrados como “picadores banderilleros, el mozo de espadas, el ayuda, el monosabio, los cubetereos.
Mendoza también considera, que al ser la tauromaquia un tema cultural, deberían tomarse en cuenta modificaciones que permitan continuar con la fiesta brava sin que haya lesiones considerables a los toros de lidia.
Advierte que la prohibición absoluta llevaría a la extinción del toro de lidia, lo que tampoco sería correcto en una lógica de la protección animal.
“Al final de cuentas, creo que sí hay que migrar un poco al tema de los toros sin sangre, que es como que la línea que estarían buscando manejar el grupo de legisladores que por ahí viene”, puntualizó.
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