Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y del Consejo de la Judicatura (CJ) de la Ciudad de México, Rafael Guerra acumula ya varias derrotas que se manifiestan en la pérdida de gobernabilidad al frente del Poder Judicial. Esa es la causa real por la que el paro en los juzgados alcanzó ya 45 días, pues no se ha levantado al 100%.
El 1 de junio, en la elección judicial, todos los candidatos de Guerra fueron cepillados y esa derrota se extiende hacia su jefa política, la hoy presidenta, quien como titular del Gobierno de la CDMX lo apoyó en su primer cuatrienio y luego para reelegirse en el cargo. Esos candidatos perdedores también eran de ella.
Guerra no entendió el juego político de la elección judicial, porque pensó que en automático todos sus candidatos a jueces y magistrados ganarían, sólo por ser presidente del TSJ, cercano a Sheinbaum y simpatizante de Morena, aunque lo niegue.
Guerra no supo leer la política real en la CDMX, donde la alianza de Clara Brugada y Martí Batres se quedó casi con todos los jueces y magistrados, salvo en algunas Alcaldías de oposición. Brugada y Batres son ahora el bloque político más poderoso, y otra evidencia es el amplio margen con el que ganó Lenia Batres en la capital la elección para ministra de la Corte.
El paro en el PJ, que todavía no se levanta al 100% y en el mejor de los casos ocurrirá hasta después del 1 de agosto que regresen de vacaciones, ocurrió en un contexto de otras complejidades.
Se dio a la par de la renovación de la dirigencia en el Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial, donde han acusado de autoritarismo y charrismo al actual secretario general, Diego Valdez, pues no permitió el registro para que compitiera su opositor, José Nezahualcóyotl Salinas. La elección es el próximo martes 15 de julio, cuando inician sus vacaciones… ¡oficiales!
Otro ingrediente que atizó al paro: el cierre definitivo de Juzgados tradicionales en la CDMX, como parte del cambio a juicios orales. Hubo desinformación desde la oficina de Guerra. Originalmente tenían hasta junio para hacer esa transición, que implicaba pasar los juicios de salas ordinarias a las de oralidad. El Congreso de la Ciudad de México aprobó una prórroga de un año, por lo que tal plazo vence hasta junio de 2026, pero no se difundió lo suficiente.
Otro tema que también evidencia la debilidad de Rafael Guerra es que las propuestas que envío al Congreso para nuevos jueces y magistrados también van a ser cepilladas. ¿Por qué el Congreso todavía va a intervenir en la aprobación? Este año se renovó en las urnas sólo una tercera parte de jueces, magistrados y todo el Tribunal de Disciplina Judicial. De los dos tercios que no cambiaron hay jueces y magistrados que acaban en unos meses el periodo para el que fueron designados, por lo que el Congreso tiene que designar a quienes cubran el plazo de aquí al 2027 que se realizará la elección judicial de los otros dos tercios pendientes.
La reforma para la elección del 2027 también le afecta a Guerra, porque ya en definitiva no podrá reelegirse en diciembre. El Congreso tiene que hacer una modificación legal para que quien lo suceda en el cargo esté poco menos de dos años. Van a buscar un esquema para que quien presida al PJ sea quien obtuvo más votos en las urnas en 2027, como en el caso de la Suprema Corte. En el mejor escenario para Guerra, dejará de presidir el PJ en diciembre. Pero podría caer antes. Lo veremos.