Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Lo que le interesaba a la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum de su reunión de Cabildo finalmente lo logró. Ahí estuvieron los 16 Alcaldes –nueve de oposición y siete de Morena–, a quienes les repartió su rebanada de culpa para distribuir el costo político de la escasez de agua para los próximos 3 meses en buena parte de la Ciudad de México, y salvar así sus aspiraciones presidenciales.
Sheinbaum les presentó sólo un plan emergente, cortoplacista, como se ha hecho siempre en la Ciudad. Nada de un proyecto para resolver de fondo el problema de falta de agua en la capital. Se perdió de nuevo una oportunidad de que el Cabildo, con las atribuciones que le concede la Ley de Alcaldías elabore un gran plan hídrico para largo plazo. Nada de eso. Otra vez pensando en la próxima elección, no en la próxima generación.
En lo que hubo coincidencia al menos de dientes para afuera es en que la crisis del agua no debe ser utilizada para sacar lucro político-electoral. Precisamente por ello surgieron reclamos de alcaldes de oposición en contra de los “chalecos guindas”, funcionarios del Gobierno capitalino que desde el uniforme ya traen tintes partidistas.
Alcaldes de oposición se quejaron que son trabajadores de “Participación Ciudadana” del Gobierno de Sheinbaum quienes utilizan el tema del agua para hacer campaña negra en su contra. La extensa red que tienen, así como las solicitudes ciudadanas vía el 911 y Locatel permiten a los “chalecos guindas” conocer antes que las Alcaldías las demandas sociales. Usan la información para ir a ver al ciudadano y decir que su queja no la quiso atender la o el alcalde y por eso tuvieron que ir ellos. En este caso, llevan pipas a la gente de parte de Sheinbaum.
Sheinbaum se comprometió, al menos de dientes para afuera, que eso no va a seguir ocurriendo y que habrá coordinación con las Alcaldías para no sacar raja política de esta inevitable sequía, y que el Sistema de Aguas de la CDMX (Sacmex), va a atender a todos por igual.
Entre los alcaldes había quienes desde hace más de un año no habían podido reunirse con la jefa de Gobierno, como el caso de Santiago Taboada, de Benito Juárez –quien acusa una persecución oficial en su contra–. Ayer al menos salió con la esperanza de que se cumpla la Constitución Política de la CDMX y haya sesiones de Cabildo cada dos meses. Y también espera que atenderán su solicitud de que el Sacmex tenga abiertas las válvulas de los pozos de agua estén abiertas de manera permanente, porque nadie quisiera pensar que cierran las válvulas con mala fe política para afectar a la oposición. Giovani Gutiérrez, de Coyoacán, también planteó lo de las válvulas de los pozos, pero también reforzar la coordinación para el mantenimiento y agilizar el servicio de pipas.
También hubo quien aprovechó la sesión de Cabildo para cumplir el sueño que venía acariciando tiempo atrás: Sandra Cuevas, alcaldesa de la Cuauhtémoc se lanzó con todo contra Sheinbaum, quien puso cara de piedra cuando le dijo que el suyo es el peor Gobierno que haya tenido la Ciudad de México en su historia.
O los que no desperdiciaron la oportunidad para aplaudirle a la jefa, como lo hicieron los alcaldes de Morena, a quienes por cierto no les dieron permiso de dar entrevistas al final de la sesión de Cabildo. Y aunque no quisieron, les tocó su rebanada de culpa más grande, porque sus Alcaldías son las que más padecen la escasez. Lo veremos.