Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Por tercera vez en 11 meses de su administración –fracasó en las dos anteriores–, la jefa de Gobierno, Clara Brugada lanza un plan para tapar cientos de miles de baches, sólo que esta ocasión ya no le llamará “bachetón”, sino un nombre pomposo: “Programa Integral de Mantenimiento de la Carpeta Asfáltica”.
Algunos especialistas afirman que hoy la Ciudad de México enfrenta el mayor problema de baches de los últimos 20 años, lo que en parte es herencia de la administración anterior, de Martí Batres, pero también de la actual.
El tema de los baches sí tiene un impacto importante en la opinión pública. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI ha reportado el último año, en promedio, que el 81% de los capitalinos considera los hoyos en el asfalto como una de las principales deficiencias en la infraestructura urbana.
Brugada cargó con la mala planeación de Batres en este tema. Todos los años, la capital del país hacía un profundo trabajo de bacheo en octubre, cuando ya concluyó la época de lluvias. Sin embargo, en 2024 Batres no le dejó dinero a su sucesora para ese programa, porque seguramente el presupuesto se orientó para ganar elecciones, no para los servicios urbanos.
Iniciando su administración, Brugada hizo su primer “bachetón” que no se percibió. En marzo pasado le pregunté sobre los baches, y en su respuesta dio el diagnóstico de que había unos 200 mil en vías primarias que le correspondían a su Gobierno y supuestamente los tenían hasta georreferenciados. Se comprometió a resolver el problema en 120 días e incluso a que abrirían un website para informar cuántos baches tapaban cada jornada. “Me canso ganso sí lo logramos”, dijo. Pues no lo logró.
Los baches no sólo son una molestia para los usuarios de vehículos motores y no motores. Ponen en riesgo su vida. El deterioro es un contrasentido de otra política pública, las fotomultas, que supuestamente son para reducir accidentes.
Este contrasentido deja evidencia de que las fotomultas son sólo una medida recaudatoria, cuyos recursos no se sabe en qué se ejercen y eso que han exprimido al ciudadano. Aunque la administración capitalina no informa las cifras exactas, he obtenido datos de las tendencias. El mes previo a que Brugada asumiera, septiembre de 2024, el GCDMX levantó alrededor de 13 mil 500 fotomultas; el mes pasado las cifras estimadas ascienden a 16 mil 600, o sea, el 23% más.
En el caso de las Alcaldías, en general, la situación de los baches es compleja, en parte también porque suele haber muchas fugas de agua, que para repararlas personal de la Secretaría de Gestión Integral del Agua hace hoyos y zanjas, pero ya no las repara, aunque sea su responsabilidad porque ellos los abrieron.
Las vías secundarias le tocan a las Alcaldías, que no se dan abasto con el personal de servicios urbanos. Por eso es interesante el modelo por el que optó la Miguel Hidalgo, que encabeza Mauricio Tabe: el programa temporal “antibachesMH”, en el que todos los funcionarios administrativos salen el fin de semana a apoyar en esta labor. No son expertos, por supuesto, pero hacen una trabajo de urgencia, que luego termina de supervisar y pulir personal de servicios urbanos.
Si hacemos prospectiva de los anteriores programas de Brugada para tapar cientos de miles de baches, el que arrancó esta noche también fracasará, porque hará lo mismo, sólo que con otro nombre. Lo veremos.
FOTO: Especial
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