Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Para Morena en la CDMX, pero más para la jefa de Gobierno, Clara Brugada, la situación en la que se encuentra la oposición en la capital del país la envidiaría cualquier partido político en el mundo, porque son hegemónicos, pero no les pueden atribuir que son una dictadura. Por eso deben construir su propia oposición.
Hoy, la suma de los cuatro partidos opositores, PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano no alcanza para frenar ninguna reforma constitucional, y el panorama en el futuro es el debilitamiento del PAN y el PRI, con posibilidades de que los naranjas avancen, pero potencialmente más el PRD por la afinidad ideológica.
El partido del sol azteca va a cobrar mayor relevancia a mediano plazo, pues, aunque su registro a nivel nacional no logró conservarlo el que era su presidente, Jesús Zambrano, en la capital del país lo preservó Nora Arias, quien además de presidir el partido logró tener su propio grupo parlamentario.
Para Morena es más importante construir su oposición porque en 2027 podrían enfrentar un enorme choque entre los radicales y los moderados por las candidaturas, y ello devenir en fracturas. De manera natural, el partido al que van a ir los morenistas va a ser el PRD, porque es de izquierda y además para entonces habrá cuajado su estrategia de depurar a los impresentables que se habían enquistado y perdieron el partido. Es decir, Zambrano y compañía, incluido el otro Chucho, Jesús Ortega, quien no dejó de operar durante el sexenio de López Obrador, pero desde la sombra, pues sabía que si sacaba la cabeza en Palacio Nacional se acordarían de su existencia y le caerían cuando menos con la Unidad de Inteligencia Financiera.
El primer gran acercamiento entre perredistas y morenistas en la CDMX fue la conformación de la bancada del sol azteca, a la que se sumó el diputado morenista Pablo Trejo, sin romper con ese partido, por lo que será un puente muy valioso entre las dos fuerzas políticas.
Un factor de división en Morena puede ser ante la reforma electoral que viene, en la que se va a frenar la reelección inmediata de diputados, alcaldes y presidentes municipales. Como una ley modificada no se puede aplicar de manera retroactiva en perjuicio de los ciudadanos, quienes se eligieron este año tienen a salvo su derecho de reelección en 2027.
Sin embargo, en Morena podrían hacer un acuerdo político de que no habrá reelección consecutiva. La más beneficiada de ello sería la propia presidenta Claudia Sheinbaum, porque en la Cámara de Diputados, en todos los congresos estatales, Presidencias Municipales y Alcaldías habría baraja nueva de morenistas. Es decir, podría depurar a toda la gente que impuso este año López Obrador para ella consolidar su propio gobierno, con los suyos –incluso en la oposición– y tener menos presión del tabasqueño.
En este escenario, a la misma Clara Brugada también le conviene un juego nuevo en el Congreso de la CDMX y en las Alcaldías, para empezar las morenistas, porque de igual forma podría sacar a algunos de los que no son mucho de su agrado y colocar a los suyos para consolidar su gobierno.
Precisamente el 2027 sería el momento en que la propia Sheinbaum y Brugada podrían consolidar su propia oposición, no tanto con algún partido de reciente creación, sino con los actuales, principalmente el PRD y Movimiento Ciudadano, porque el PRI va en franca agonía y Morena terminará por absorberlo. Y el caso de los panistas, ni siquiera se ayudan ellos mismos, por las tibias posturas de sus diputados y algunos alcaldes. Así Morena deberá construir su oposición. Lo veremos.
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