*No queremos ni necesitamos el aborto, subrayan
Ciudad de México, 04 Octubre (EVA MARÍA PONCE TORRES/CDMXMAGACIN). —“Mi nieta me reclamó que viniera a la marcha, me recordó que yo antes defendía el aborto e incluso me dijo que ‘eso de la defensa de la vida es cosa de tiempos antiguos’, pero ¡mire cuántos jóvenes están aquí, esos no son viejitos como yo”, platicó Antonia, de aproximadamente 75 años y quien viajó 90 minutos desde Cuajimalpa, “porque no había tráfico”.
Allí estaba, sentada en la banqueta a pocos metros de la Columna de la Independencia, esperando que llegara el contingente que a las 11:00 horas partió del Auditorio Nacional hacia el Ángel, en el marco de la marcha nacional A favor de la Mujer y de la Vida, a la que convocaron asociaciones y organizaciones de la sociedad civil con el apoyo de la Conferencia del Episcopado Mexicano, y que se celebró en más de 70 ciudades del país con una asistencia calculada en un millón de personas.
Como objetivo central estaba la presentación del Manifiesto a favor de la mujer y la vida, un acuerdo nacional que leyó la activista Irma Barrientos como acto final del evento.
En el documento se expresa “dolor y consternación” por las últimas resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre el aborto, en específico declaró inconstitucional la aplicación de penas de cárcel a las mujeres que aborten voluntariamente (criminalización absoluta del aborto), que las legislaturas estatales no tienen competencia para proteger ante la ley a los seres humanos antes de su nacimiento , así como la limitación del derecho de médicos y enfermeros a la objeción de conciencia.
Esas disposiciones “nos empujan a pensar que hay que elegir entre la mujer que ha abortado o el respeto absoluto de la vida de su hijo desde la concepción”, como si la mujer y la vida fueran enemigas.
En realidad inguno de los que estamos aquí “queremos que nos obliguen a tener un México que descarte a uno o a otro. Las mujeres tenemos muchas necesidades y no queremos ni necesitamos el aborto”, procedimiento que no soluciona ninguno de los problemas que ellas enfrentan; por el contrario, “nos deja en una situación aún más vulnerable”, añade el texto.
Barrientos, una de las tres voceras de la marcha del 3 de octubre junto a Alison Gondra y Lianna Rebolledo, subrayó que lo que se requiere es que la vida de cada ser humano tenga plena protección ante la ley, “desde la concepción y durante toda su existencia, antes y después de nacer”.
“Queremos opciones de vida para la madre y su hijo”, así como respeto y libertad de conciencia para los médicos”, enfatizó.
Facilitar la adopción, apoyar a madres solteras y no discriminar por razones socioeconómicas, grado de desarrollo, salud u origen, tanto en la calle y los lugares de trabajo como en el vientre de las madres y los hogares, son otras demandas que al grito de “¡acuerdo nacional, acuerdo nacional!” aprobaron las más de 150 mil personas presentes, según cálculos hechos en el lugar por los organizadores.
Finalmente exhortaron a actores políticos, académicos, medios de comunicación, denominaciones religiosas, atletas, universitarios, adolescentes, niños y “todos los que formamos esta gran nación” a que con plena convicción y total compromiso, comiencen a construir un país unido, “no un México dividido entre la vida o la muerte”.
En suma, “queremos un México a Favor de la Mujer y de la Vida”, dijo Barrientos ante las miles de personas, vestidas en su mayoría de azul y blanco, que no dejaban de lanzar consignas como “Queremos opciones de vida y libertad”, “Sí a la vida, no al aborto” y “Hashtag, me late el corazón”, que se utilizó en para compartir mensajes y videos de apoyo en las redes sociales (#MeLateElCorazón).
Manifestantes reunidos en Paseo de la Reforma, algunos que viajaron desde Morelos, Chihuahua, Querétaro, Nuevo León o Tabasco, expresarn sus razones para manifestarse, entre ellas: por el respeto a la vida aunque «apenas sean algunas células» o para que el Estado asegure bienestar, salud y las mejores condiciones de vida y oportunidades de desarrollo a familias, embarazadas, recién nacidos, ancianos, enfermos, pueblos originarios y mestizos, antes de promover la muerte. En suma: por el respeto a la dignidad de cada mexicano.