Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Más que enojo, la mayoría de los diputados del Congreso de la Ciudad de México, en especial los del bloque de la “4T” se sienten agraviados por el subsecretario de Gobierno de la Ciudad de México, Fadlala Akabani, pues el miércoles los ofendió al gritonearles en el mismísimo Salón de Plenos, por lo que algunos ya impulsan un punto de acuerdo para exigir su renuncia.
Las agresiones del subsecretario contra los diputados se dieron en el contexto de una protesta con tintes de priístas contra priístas, porque supuestos comerciantes de mercados y tianguis están en contra de los programas de abasto popular que tienen legisladores de todos los partidos para llevar a las colonias con menores recursos frutas y verduras a precios de costo, sin afán de lucro.
Encabezaba la protesta Édgar Mendieta, quien se dice líder de comerciantes de mercados y tianguis, ligado al PRI, tanto que presumió una reunión que sostuvo la semana anterior con el todavía presidente de ese partido en la CDMX, Israel Betanzos, cercano a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre (a) “El Basuritas”, preso en el Reclusorio Oriente por su “presunta participación en una red de trata de personas en modalidad de explotación sexual agravada, asociación delictuosa y publicidad engañosa”.
El pleito entre priístas se hizo evidente en la protesta frente al Congreso, porque Mendieta y sus acompañantes a quienes más agredieron con sus consignas fue a la diputada Tania Larios, coordinadora del PRI, y a Omar García, legislador del mismo partido. Acusaron que ella vende 500 toneladas de frutas y verduras a la semana. Ya quisiera un mercado público vender tal cantidad al mes, pues hablamos de ¡500 mil kilogramos!
En realidad, como la mayoría de los legisladores, Larios ofrece en su módulo de atención comidas regaladas, consultas médicas gratuitas, así como atención veterinaria, croquetas y pipas de agua. Otros diputados consiguen frutas y verduras a precios muy bajos y se los venden a la gente al costo. Decir que eso es competencia desleal es tan absurdo como acusar de lo mismo a las tiendas del ISSSTE.
En este pleito entre integrantes del PRI también se asoma la mano de Adrián Rubalcava, ex priísta y hoy del Metro de la Ciudad de México. Édgar Mendieta es su cercano, quien lo apoyó cuando tenía intenciones de ser candidato a jefe de Gobierno. Además, Rubalcava trae una confrontación política y también legal con la diputada Larios.
Otro trasfondo del pleito en el PRI CDMX es para controlarlo, entre los viejos dirigentes precisamente ligados a “El Basuritas”, y los que se consideran renovadores, como Larios, a quien no le perdonan que no se ha sometido a ellos.
Ante las protestas en el Congreso el miércoles, diputados salieron a dialogar con los inconformes. Todo iba bien hasta que llegó Akabani, se confrontó con los manifestantes y dinamitó el acercamiento, contrario a su función de despresurizar conflictos. Todo un chivo en cristalería.
Después, como cortesía invitaron a Akabani a ingresar al salón de Plenos del Congreso. Ahí, junto a las curules, fue muy majadero: gritoneó a varios legisladores, en especial con una actitud machista a la vicecoordinadora de Morena, Brenda Ruiz. “Si a mí me hubiera gritado, lo siento de un madrazo para defender nuestra posición de que somos un poder independiente, el Legislativo, y él es un empleado del Gobierno capitalino”, me dice un diputado. Hay que estar atentos si el PRI arregla sus pleitos internos y si los diputados exigen la renuncia de Akabani. Lo veremos.