Línea Fifí
Martín de J. Takagui
En la actual administración, la del presidente Andrés López Obrador, el reto más importante, que tiene consecuencias de vida o de muerte es sin duda el tema del coronavirus o del Covid-19, hay quienes podrían dudar de que así sea, pero por lo pronto ya han muerto casi 250 mil mexicanos, reconocidos por el gobierno.
Desde el mes de diciembre de 2019, a principios de 2020 y a lo largo de todo 2021, el gobierno federal a través de la Secretaría de Salud ha tenido en sus manos el manejo de la pandemia, tanto a nivel preventivo, como en el aspecto de atención a la enfermedad y las secuelas.
Se ha hablado de la tercera oleada de la enfermedad en el mundo, pero en realidad en México nunca ha habido un control de la pandemia, para poder afirmar que viene la tercera ola, siempre se mantuvo plana la curva, pero en los cientos de muertos diarios y en los miles de contagios, se trata de un perfecto fracaso de lo que habría sido una política de salud del gobierno de un país con 126 millones de habitantes.
Hoy a 17 meses de declarada la pandemia en el mundo, hace varias semanas se dejó de informar a través de las conferencias de prensa nocturnas de cada día, el gobierno se ha dedicado a informar sobre los miles y miles de las vacunas aplicadas a los mexicanos en todo el país, pero no habla de los 20 millones de dosis de todas las vacunas que no se sabe dónde están.
El programa nacional de vacunación, la estrategia de medición de la pandemia, la atención hospitalaria la aplicación de pruebas de diagnóstico Covid-19, la atención a las familias de los fallecidos, la información a los familiares de los internados en hospitales, el apoyo de los 11 mil pesos que comprometió el presidente y todo lo que rodea esta pandemia es un fracaso.
Se trata de la urgencia más apremiante de la actual administración y no existe un solo aspecto que pudiera calificarse como un acierto, un poco más de 70 millones de mexicanos han recibido al menos una dosis de la vacuna, pero aún cuando han sido inmunizado, cientos o miles de personas han fallecido.
Es muy fácil culpar a la nueva cepa, la Delta, que puede ser más asintomática, más agresiva y más contagiosa, pero no deja de ser un riesgo dentro del mismo problema de la pandemia.
Hay quienes dicen que hoy el que pueda morir de Covid es por su propia responsabilidad y en parte tienen razón, porque ya sabemos que el gobierno no garantiza atención médica oportuna, sabemos que difícilmente podremos ser atendidos en una clínica o en un hospital, sabemos que no nos van a exigir cumplir con las restricciones de viajes y de actividades.
También sabemos que los hospitales no garantizan que cuando una persona entra, recibirá la atención correspondiente y le salvarán la vida, se vio desde el inicio de la pandemia que los enfermos no querían llegar al hospital, porque sabían que cuando estuvieran internados, estarían condenados a morir.
Es verdad, si alguien muere de Covid en México es responsabilidad propia, por no haber extremado los cuidados hasta el máximo, sabiendo que el gobierno no hará nada para salvar la vida de los pacientes.
Los juegos Olímpicos que ya han iniciado no serán un incentivo para permanecer en casa, por el contrario, se puede convertir en un motivo para asistir a bares, cantinas, restaurantes a ver lo más destacado de la justa deportiva internacional.
Y es que tampoco se espera que el gobierno restrinja la actividad en estos centros de diversión, pues si no garantizó el cierre de esos establecimientos y vimos como en un espacio trasero al bar la fiesta duraba toda la noche, siempre bajo el amparo de la corrupción “que ya no existe”, según lo ha afirmado el presidente López Obrador, pues ahora que las restricciones se han relajado menos se puede esperar que haya un control de estos establecimientos.
Si antes se maquillaron las cifras de contagios y muertes de Covid-19, habiendo una supuesta transparencia con los informes diarios de Hugo López Gatell, ahora que se maneja la información correspondiente a través de los informes o reportes de la SSA, de ninguna manera puede haber certeza.
Las cosas en materia de salud en el país tienen un negro porvenir para la vida de los mexicanos, hay que aguardar dos semanas más pues hay quienes dicen que es imparable esta tercera oleada. Pero es posible que además de los temas de salud, se agraven los temas financiero-económicos que tendrían consecuencias inimaginables para el país.
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