Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
La supuesta preocupación del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la escasez de agua en la Ciudad de México y el área conurbana es meramente electorera. Si alguna vez le hubiera interesado el tema, desde que ocupó la Jefatura de Gobierno del DF, entre 2000 y 2005, habría hecho alguna obra importante a largo plazo y hoy el problema al menos no sería tan grave.
También al arranque de su sexenio, AMLO pudo apoyar a la capital con recursos federales para obras que dotaran de mayor agua potable, empezando por reparar la red, de la que se fuga hasta el 40% del vital líquido que llega.
López Obrador está haciendo lo que el año pasado: simular que se encarga del problema, pero sólo para salvar a su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, y a la de la Jefatura de Gobierno, Clara Brugada, pues de llegar el día cero del agua en la capital del país antes de las elecciones del 2 de junio sin duda descarrilaría ambas candidaturas.
No hay que olvidar que Sheinbaum eludió el problema, con el agravante de que durante su administración se perdió en términos reales casi el 30% de los recursos financieros asignados al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), de acuerdo con el Congreso capitalino. Sólo en 2019 hubo un aumento: pasó de 13 mil 617 millones el año previo a 17 mil 063 millones de pesos. Sin embargo, en los años subsecuentes estuvo incluso por debajo de 2018: para 2020 se autorizaron 13 mil 676 millones; en 2021 fueron 12 mil 879 en 2021; en 2022 y 2023 alcanzó 13 mil 031 respectivamente. En este 2024 es de 13 mil 266 millones.
De 2019 a 2024 el presupuesto total del Sacmex sumó 82 mil 946 millones de pesos, un promedio de 13 mil 824 millones por año. Es una pérdida en términos reales cercana al 30%, respecto de 2018, pues hay que restarle el acumulado de inflación de entre el último trimestre de 2018 y el mismo periodo de 2023. De acuerdo con la cifra oficial del INEGI fue de 28.75%. Según el Congreso CDMX, la mayor parte del dinero se ha utilizado para operación del Sacmex y capital humano; muy poco para inversión en infraestructura.
Este martes, lo que en realidad hizo López Obrador al llamar a una reunión a Palacio Nacional a la gobernadora del Estado de México, la morenista Delfina Gómez, y al jefe de Gobierno Martí Batres, fue simulación para que todo mundo piense que se está haciendo cargo.
Repitió lo del año pasado, sólo que se anticipó un mes, porque aquella vez fue a finales de marzo, que amenazaba la escasez de agua en la capital del país. Aquella ocasión invitó a Sheinbaum a una conferencia mañanera y pidió a los militares que le ayudaran. Su apoyo fue en dos ejes: bombardear nubes en la zona metropolitana para provocar lluvias y ubicar pozos de agua para surtir pipas y distribuirlas durante en las zonas que hiciera más falta.
De la reunión de este martes se informó escuetamente que quieren traer agua de poblaciones del estado de Hidalgo, pero nada de sentar las bases o pensar en un plan de largo plazo. Es evidente que administran la crisis de la escasez con fines electorales: desde enero se han realizado cortes de agua en centenas de colonias de la capital, así como cierre de válvulas de los pozos de agua, para que en mayo no falte el líquido, pues si ello ocurriera cerca de la jornada electoral podría desplomar las candidaturas de Sheinbaum y Brugada. Lo veremos.